Fuente:
4 gatos management
Una promotora
inmobiliaria decide redondear sus números apropiándose del dinero
de unos cientos de ciudadanos ilusionados con la compra de una
vivienda, como si esto no fuera ya de por sí una tarea de
valientes; desde los Estados Unidos llega el ruido de sables
organizado por los de siempre más presentes que nunca; en Moscú
las cosas no han cambiado y nadie osa levantar la voz, con,
naturalmente, la aquiescencia del resto del mundo; con elecciones
atisbándose por el horizonte, ya estamos con las cínicas promesas
del dos por uno habitual en quienes sabemos que no las van a
cumplir…
¿Seguimos?
No, mejor olvidarse de todo esto, relajarse y dejar que en el lector
de CDs suene “Sólo para escuchar”, el nuevo álbum de Los
Secretos (y primero con canciones nuevas desde 1995) y hacer
precisamente eso, sólo escuchar y dejarse llevar.
Trasladarse
en compañía de estos supervivientes de los años 80 (el único
grupo en activo de la primera hornada) a su mundo de canciones donde
el tiempo queda en suspenso, donde las emociones más íntimas y
profundas son atrapadas para deleite de soñadores, adictos al pop,
enamorados de las guitarras luminosas y admiradores de la canción
como género musical necesario para respirar entre tanta polución
circundante como padecemos.
Nadie como ellos, maestros en el arte de escribir canciones
atemporales (aunque el añorado Enrique Urquijo ya no esté) y
revestirlas con su inimitable impronta para hacernos creer en la
magia del pop.
“Sólo
para escuchar”, de nuevo, como en entregas anteriores, como
siempre, atesora el poder de los que saben lo que quieren y cómo lo
quieren, de los que son fieles a un compromiso artístico y siguen
una carrera ajena a los pelotazos inmediatos. Rodeándose de
compinches (en este caso Jackson Browne el mito californiano que
presta voz, melodía y verso en “Como un corazón”; el ex Mamá
José María Granados sirviendo letras de su fértil y única pluma;
y nuestro último gran talento de la canción de autor eléctrica,
Quique Gonzalez, con un tema maravilloso: “Discos de antes”) con
los que compartir experiencias y disfrutar de uno de los oficios más
nobles que uno pueda imaginar.
Si conoces a Los Secretos, nada de lo aquí escrito te será nuevo:
ya sabes que sus canciones, desde la primera escucha son como viejas
compañeras a las que echabas de menos sin conocerlas y con las que
estás dispuesto a jurar fidelidad y amistad eterna.
Y
si a estas alturas no sabes quiénes son Los Secretos, tienes un
problema: te estás perdiendo a la gran banda por excelencia del pop
español.
Y, recuerda, escucha, tú sólo escucha.
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