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Información extraída de droeastwest.com
SEGURIDAD SOCIAL Gracias por las
molestias ...y buen provecho!
Hay quien sobrevive con dificultad y quien vive la vida con ímpetu y
convicción, muchos han equivocado su opinión sobre José Manuel Casañ
imaginándoselo como un superviviente de una época caduca, un error
demasiado grande para alguien que sabe aprovechar cualquier resquicio de
pasión que le ofrece el momento. José Manuel es Seguridad Social, él sólo
junto a algunos amigos ha ido modificando un grupo cambiante y sorpresivo,
una banda que con los años ha perseverado en la búsqueda de diversión,
sonido y actitud, por encima de cualquier convencionalismo barato que ha
sepultado a otros congéneres de la época, por eso Seguridad Social son
algo así como una especie en vía de extinción, un bicho contra
corriente que se mantiene altivo y energéticamente convincente.
No puedo comprender como, después de tantos años, no han optado por
tirar la toalla y vivir de recuerdos añejos, aunque acabo convencido del
poder corrosivo de Casañ cuando se pone a componer, cuando descubre algún
nuevo teorema sonoro o cuando se entusiasma con un nuevo proyecto. A eso
se le suele llamar fe, pero en realidad es una muestra perfecta de
ACTITUD, aquella que les mostró Punks en sus comienzos y que les ha
acompañado siempre, tanto en sus acercamientos a cualquier ritmo latino,
como en sus incursiones por terrenos de Rap o Rock al uso. Como veréis,
me empeño en pluralizar un grupo donde sólo una persona soporta el peso
específico, será la costumbre de hablar de bandas donde varios miembros
entremezclan su identidad, pero no es justo en éste caso, a pesar de la
gran ayuda de colaboradores que también fueron Seguridad Social antaño
(Cristóbal, Tarín, Rafeta...), la dichosa actitud, incluso la cabezonería,
la ha soportado el incombustible Casañ, una persona que te convence a
cada instante de que la música global existe, de que el Pop y el Rock
copulan sin pudor con otros senderos del sonido que no tienen porqué
conjugarse en esa mentira que se suele calificar como
"mestizaje" y que, sin embargo, en Seguridad Social adquiere una
dignificación auténtica. Me explico, el "mestizaje" empleado
por gentes de pocas luces para acercarse a otros mercados no tiene nada
que ver con lo que encontramos en los discos de Seguridad Social, porque
ellos (¡ya estamos otra vez con el plural!) conectan con el espíritu de
la latinidad viajando, viviendo y vibrando con esos pueblos, combinando
sus experiencias en México, Puerto Rico o las zonas hispanas de Estados
Unidos, todo bajo ese innegable prisma Punk que les caracteriza desde hace
años.
La cosa reside en atreverse a vivir sin tapujos lo que les rodea, sin
miedo a huir de las modas, sin condicionantes comerciales, las historias
se suceden tal y como son, no como las había previsto nadie, con valor y
un par de tragos duros. Seguridad Social son, y siempre lo han sido, un
grupo directo y sincero, con canciones que hablan de tu vecina, de la
televisión o de una buena compañía, acaso de una noche aciaga o de la
importancia de la amistad. A ellos se les puede escuchar porque comentan
cosas cercanas a ti y lo hacen con bandas sonoras cotidianas que están bañadas
de mil sonidos contemporáneos, combinados entre sí de forma ejemplar y
con la fuerza suficiente como para hacerte saltar como un resorte.
Reconozco que la labor de hacer un disco recopilatorio de Seguridad Social
no es tarea fácil, teniendo en cuenta algunas de aquellas canciones que
hoy se suponen como pequeños himnos del desencanto juvenil hispano de las
últimas dos décadas, es complicado elegir entre tantas melodías
envidiables y tantas arengas callejeras, vaya si lo es. Pero ellos han
cortado por lo sano, como es habitual en su talante, y nos han ofrecido la
colección de trallazos más definitiva que se puede esperar, siendo tan
simples como definitivos, por aquello de autodefinirse con lo clásico.
Claro que faltan momentos gloriosos de su carrera, pero todas las hijas de
Casañ que aquí se muestran son disparos al corazón de una Seguridad
Social tan viva como necesaria.
Confieso que cada vez que se edita un disco del grupo me cogen
desprevenido, no se por donde van a salir, pero aquí les tengo pillados,
conozco todas estas canciones de memoria (y las dos nuevas ya me las estoy
aprendiendo, son brillantes), no es como en otras ocasiones, en las que su
cocktail explosivo de Rap, Salsa y Rock me aturde hasta que me familiarizo
con el disco. Estas ya son amigas desde hace tiempo, se pueden tararear en
cualquier parte, sin miedo a estar fuera de órbita, porque son melodías
eternas.
Seguridad Social reflejan todas las cualidades de un buen grupo de Rock,
creen en sí mismos, se muestran divertidos en sus directos y se emplean a
fondo con sus discos, saben mostrarse profesionales sin perder un ápice
de amateurismo bien entendido y, lo que es más importante, acaban
convenciéndonos de su personalidad.
No será la primera vez que me dejan boquiabierto en uno de sus
conciertos, por eso, a veces, lamento la falta de conexión de un público
supuestamente independiente para con ellos, una barrera que debería
superarse con algunas de sus canciones épicas.
No se si es el momento para editar un recopilatorio de las intenciones de
Seguridad Social, pero a mi me gusta que pueda descubrir alguien ajeno a
sus sentimientos la energía de sus canciones, lo contagioso de sus melodías
y la carga anímica de sus textos, un compendio de cualidades que muy
pocos grupos en este país poseen.
Cuan tópica queda la palabra "auténticos", pero en este
caso... Juan Vitoria.
DRO EAST WEST 2002
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