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Popes80 | 27 November, 2024

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Permanent disability due to heavy metal addiction: the truth about Roger Tullgren's viral story

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En las últimas horas ha vuelto a saltar a toda la prensa, como si fuera una última hora, la increíble historia de Roger Tullgren, un tipo Helsingborg, Suecia, que logró a los 43 años que el Estado le concediese la «incapacidad permanente» por su adicción al heavy metal. Sin ánimo de estropear el día a aquellos que ya estabais soñando con lograr una pensión de incapacidad permanente por adicción al pop español, vamos a contar lo que ninguno de los medios que está repicando la noticia viral está contando.

Antes de nada, la fecha, no ha ocurrido ahora, sino en el año 2007, cuando en efecto Tullgren apenas superaba los 40 años. En realidad, Tullgren estuvo en programas de asistencia social desde principios de los 90, pero, tal y como puede leerse en el documento de invalidez, «estoy no funcionó porque Roger antepuso siempre su gran interés, el hard rock, a su trabajo. En cuanto a la posibilidad de negociar con él o hacer terapia, el documento también dice que Tullgren es alguien con quien es difícil mediar por culpa de «su estilo de vida (hard rock)».

Desde que le fue concedida la ayuda por sus limitaciones laborales, Tullgren vive feliz, y trabaja a tiempo parcial en un restaurante de la ciudad sueca de Hassleholm, pero con dos condiciones impuestas por la sentencia de incapacidad: su jefe debe permitirle escuchar heavy en el trabajo y debe darle vacaciones siempre que quiera desplazarse para asistir a un concierto o un festival. Su media de conciertos anuales desde entonces ronda los 300.

Discapacidad médico-social

La Oficina de Desempleo de Suecia llegó a esta solución quizá por pura desesperación. Tullgren perdió todos los trabajos que le habían conseguido los funcionarios de la oficina después de ausentarse para asistir a conciertos. De modo que en la carta de la Oficina de Desempleo figura, junto a su historial médico, una suerte de «discapacidad médico-social» que justifica lo que para muchos es un privilegio; si bien, es una de tantas peculiaridades del sistema de pensiones y ayudas sueco, de modo que a casi nadie sorprendió demasiado en su país hasta que la noticia trascendió fuera.

De hecho, en España esto ya fue noticia en 2016, nos llegó nada menos que de manos de los informativos de Matías Prats. Al protagonista le hizo gracia y lo subió a su Facebook:

Lo cierto es que lejos de ser un precedente, lo de Tullgren es más bien algo excepcional y probablemente irrepetible. Cuenta que en una ocasión un compañero de trabajo le dijo que le apasionan los videojuegos, que si podría lograr un certificado médico como el suyo por su adicción a las maquinitas. Pero Tullgren es bastante claro en ese aspecto: «Por supuesto que no funciona de esa manera. Lo único que quiere es quedarse sentado en casa las 24 horas del día».

¿Puede la música ser adictiva?

Naturalmente, hace años que una conocida revista de heavy lo llevó a portada para preguntarse si realmente la música puede ser adictiva: en 2010, Roger Tullgren fue portada de Metal Mirror.

Entretanto, pasan los años, y Tullgren mantiene su estilo de vida. Escucha música a todas horas -«incluso cuando duermo», afirmaba recientemente, asiste y ayuda en la organización de festivales, actúa con su propia banda Prosecutor, y dedica tiempo a su hija. Cuando le concedieron esta incapacidad, después de diez años de lucha para que le reconocieran su peculiar adicción al heavy, publicó que por fin puede «llevar una vida normal».

Una imagen reciente del protagonista en un festival:

Fuente: Facebook/Nilsson