855 words on justice and freedom
Llevo ya unos años aquí. No sé si muchos o pocos. Hay quien lleva muchos más y todavía no se entera de nada y hay quien lleva menos y sabe ya más de la cuenta. Así que llevo unos cuantos, me refiero, en esto del periodismo digital. Aquí y en otros sitios, pero de manera especial aquí, en POPES80.com. Quiero decir con esto que el día a día no me ofrece demasiados motivos para la sorpresa. El susto y la carcajada, sin embargo, se dan con mayor frecuencia.
Ya sé de sobra lo que sucede cuando uno publica en esta costa o en otra- algo crítico sobre algún superventas, sobre el rap, sobre Robbie Williams o Eminem, sobre alguna actitud sectaria de algún cantante millonario de izquierdas, sobre cualquier tipo de nacionalismo, sobre algún actor televisivo reconvertido a músico con club de fans, sobre algunos comecuras cobardones, antiguos y trasnochados que predican entre bambalinas, sobre algún disco adorado por la crítica más cool que en realidad es un puro tridimensional y nadie se atreve a decirlo, sobre la piratería, ya sea a favor o en contra, sobre las y los- artistas que como no pueden vivir de sus canciones viven de los ismos extremistas desde nacionalismos hasta feminismos radicales-, sobre las escandalosas subvenciones con las que algunos políticos pervierten la creación artística, sobre la inaudita presunción de delito del canon digital, sobre la apología de las drogas de algún artista descerebrado con dinero suficiente para realizarse tres lavados de sangre al mes, sobre el pacifismo de panfleto, sobre los que piden en sus canciones la revolución marxista y viven en urbanizaciones de lujo, sobre los oportunistas capaces de venderse siempre al mejor postor, sobre los guitarristas envidiosos, sobre las ministras y ministros de incultura, sobre el ecologismo coñazo de algunos artistas con cien varas de medir, sobre los autores y presuntos artistas que mezclan con soltura en sus letras lo romántico con lo escatológico, sobre los que roban noticias en Internet porque creen que esto es tierra de nadie, y un prologando etcétera. Ya sé de sobra lo que sucede. Llegan entonces los buzones repletos de indignados correos electrónicos, los insultos, las descalificaciones, los argumentos impuestos por la fuerza de la violencia, y otras artimañas que no contaré para no dar ideas a los descerebrados que pasan el día libre buscando gresca en Internet.
Ya sé también que cuando uno, en lugar de criticar cualquiera de los asuntos mencionados, se desvive por alabar públicamente la actitud o el trabajo de tal o cual personaje no suele haber buzones repletos de agradecimientos. El balance de los años que lleva en pié esta costa es sencillo: muchos insultos y pocos agradecimientos. Pero, por fortuna, uno no escribe ni actúa para caer bien a nadie, ni para recibir palmaditas en la espalda. Quizá por eso titulé Haciendo Amigos con ironía y sin ella- a mi última colección de artículos, publicada el pasado año.
Quizá porque uno no espera ya nada a cambio, me ha sorprendido mucho la cantidad de muestras de apoyo recibidas en nuestra redacción ante el enésimo intento de robo de información. No se me escapa que muchas de esas muestras de apoyo han tratado, en realidad, de aprovechar el paso del Pisuerga por la ciudad natal de los Celtas Cortos y Cristina Llorente para atizarle dos o tres buenos puñetazos a la ACAM responsable del robo de la noticia de Popes80.com- y, de paso, a la SGAE, más que de solidarizarse con POPES80.com. Prueba de ello es que muy pocos han mostrado esa solidaridad antes, en el mucho tiempo en que llevamos denunciando públicamente los robos de información que sufrimos cíclicamente, por ejemplo, por parte de la web Los 40 Principales. Aún a pesar de todo, se agradecen mucho todas esas muestras de apoyo.
La verdad es que es cómico que una asociación que encabeza campañas contra la piratería piratee una noticia a un portal de música. Es comprensible el enfado de muchos internautas con la SGAE, y el hecho de que a la mínima salten al cuello de Teddy. Es lógico y ellos se lo han buscado, por una pésima gestión de sus competencias y por una actitud cada vez más liberticida e injusta. Ellos tienen un problema y pretenden solucionarlo imponiéndonos ese problema a todos. Absurdo.
Contar la noticia de ayer resultó especialmente doloroso porque tenemos varios amigos en la ACAM. Nuestro planteamiento fue muy claro: si lo hubiera hecho otro lo habríamos denunciado en estas páginas, ¿por qué no vamos a hacerlo si, además, puede tratarse todo de un descuido? Quizá por eso ingenuos- esperábamos una llamada, un correo electrónico, unas disculpas les bastaba con decir que ha sido un descuido, un fallo técnico- y dar por finalizada la historia. Pero ya ven ustedes lo sucedido.
La moraleja de todo este asunto es que en POPES80.com, además de la música española, nos gusta luchar contra la injusticia y por la libertad. Aunque en el camino haya pasar malos tragos. Pero es una conquista que merece la pena, porque, en la música, hoy, hay muy poca justicia y muchísima falta de libertad.