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Popes80 | 27 November, 2024

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Burning and Tennessee magnify Belda Rock

Francisco Reina

Burning, en plena gira de despedida de los escenarios tras cuarenta años de trayectoria, y Tennessee engrandecieron el Belda Rock Music Festival, que cumplía su segunda edición en la localidad malagueña de Cuevas de San Marcos con dos días de conciertos. Ambas bandas repasaron sus éxitos y algunos temas recientes de su repertorio e hicieron las delicias de los presentes.

Es de justicia señalar que los conciertos de Burning y Tennessee estuvieron precedidos por Diego Cruz, acompañado por los Huelin Cowboys, una apisonadora de soul, rockabilly y otros palos del rock and roll. Tras la descarga de adrenalina con el músico almeriense, llegó el rock reposado y elegante de los valencianos Santero y Los Muchachos. Con dos discos en el mercado, este grupo emergente tocó algunos de los temas que lo han situado en el mapa del pop rock patrio: Siempre es ahora, No te despidas de México, Amigo infiel, El perdedor, Ventura o Para siempre no existe.

“Somos un tributo a Tennessee”, bromeó Roberto Gil, antes de impregnar la noche junto a sus compañeros Isidro Arenas and Amancio Jiménez de doo wop, estilo vocalnacido de la mezcla del rhythm and blues y el góspel que popularizaron en los 80 y en castellano. Sonaron así Rama Lama Ding Dong o la más reciente Hey hey, señorina, interactuando en todo momento con el público. Una verdadera delicia. 

Burning durante su actuación

Ric Arlandi, músico destacado de la escena rockabilly, canta con ellos la balada Llueve en mi corazón. “Es el mejor grupo de doo wop de la historia de España”, sentencia. Entre bromas y un ambiente inmejorable, interpretaron Una noche en Malibú o Qué triste es el primer adiós, versión de Breaking up is hard to do, de Neil Sedaka. También Diego Cruz los acompañó con una interpretación memorable del clásico Stand by me.

Elvis Presley, del que son admiradores confesos (en sus inicios, se hacían llamar Los Elvis Boys) también estuvo muy presente, con Suspicious mind y Can’t falling in love, ya en el adiós. Pero antes, Roberto Gil invitó a las mujeres a que lo acompañaran a bailar en Dame tu amistad, que precedió a sus clásicos A Marilyn y, ya en los bises, Te vi correr, su hit por excelencia, con el que el público alcanzó el éxtasis.

La guinda la puso Burning, con la desmesura de dos horas y media de concierto, tras dos bises a petición popular. El grupo liderado por Johnny Cifuentes sonó tremendamente compacto, como los grandes combos americanos. Inmersos en su gira de despedida, estos conciertos constituyen ocasiones únicas y memorables. Abrieron con No pares de gritar y fueron desgranando sus temas más emblemáticos, que entreveraron con otros más recientes: Madrid, Rock and roll, Weekend, Jim Dinamita, Miéntelas, Es decisión, en recuerdo y homenaje al añorado Pepe Risi, Jack Gasolina, Como un huracán…

Rock and roll en estado puro, guiño incluido a sus admirados Rolling Stones con pinceladas de Jumpin’ Jack Flash y Satisfaction. La apoteosis llegó con Esto es un atraco y Es especial, que precedieron, ya en los bises, a sus himnos Mueve tus caderas, No es extraño que tú estés loca por mí, Qué hace una chica como tú en un sitio como éste y Una noche sin ti. Rostros de felicidad dentro y fuera del escenario.