A night in Malaga with Los Secretos
Los Secretos cumplieron en 2018 cuarenta años de carrera y decidieron recientemente iniciar una gira en la que revisan sus clásicos en formato acústico (con todos los miembros de la banda sentados, con acústicas y semi batería). Una de sus primeras citas fue en el Teatro Cervantes de Málaga, donde la banda liderada por Alvaro Urquijo colgó el cartel de No hay billetes y obtuvo un éxito incontestable. El público los despidió enhiesto y con un calurosísimo aplauso.
Abrieron con No digas que no, a la que siguieron Quiero beber hasta perder el control, con la guitarra de Ramón Arroyo que suena más americana que nunca, puro Nashville; y Sólo pienso en ella. El gusto por la melodía y la aparente, sólo aparente, sencillez pop.
Un cancionero imbatible y una banda sin fisuras (se mantiene inalterable desde el fallecimiento de Enrique Urquijo: Álvaro Urquijo, voz y guitarra; Ramón Arroyo, guitarra; Jesús Redondo, piano y coros; Juanjo Ramos, bajo y coros; y el malagueño Santi Fernández, batería) son los ingredientes infalibles para que suenen tremendamente compactos.
Fue una verdadera delicia para el respetable escuchar la ranchera Ya me olvidé de ti, en homenaje al abuelo materno de los Urquijo, que solía recitarles letras de este tipo cuando eran niños; o Margarita, of José María Granados (Mamá); temas felizmente rescatados para esta gira.
También hubo lugar para las versiones, con Échame a mí la culpa, que popularizó Albert Hammond tomándola prestada de la música popular mexicana; y Ponte en la fila (Get in line, of Ron Sexsmith); que incluyeron en Algo prestado, su disco de covers.
Y, por supuesto, un recuerdo emocionado para el añorado Enrique Urquijo, con una de las favoritas de Álvaro Urquijo, en homenaje a su hermano, “al que le debemos estar todavía aquí hoy” con un grandísimo tema de éste, Volver a ser un niño. Y una de las favoritas de Enrique, “que nos dejó hace veinte años y parece que fue ayer. En homenaje a él y a su talento”. Aunque tú no lo sepas, que Quique González le compuso para Enrique Urquijo y Los Problemas inspirándose en un poema de Luis García Montero.
Fueron desgranando gemas de su repertorio, como Cambio de planes, La calle del olvido (muy celebrada), Ojos de gata (tema inicialmente escrito por Sabina para ellos que Enrique terminó de una manera y Sabina de otra) y Pero a tu lado, que dedicaron al público, “de corazón, cuerpo y alma; sois los culpables de que sigamos aquí después de más de cuarenta años”. Apoteósicos.
Y prosiguieron por esta senda festiva con Y no amanece, con la que alcanzaron en su día el número 1 de Los 40 Principales, pese a que han vivido ajenos a las modas; Buena chica (Otro clásico marca de la casa con la belleza en la melodía y la melancolía hasta el tuétano), Te he echado de menos hoy y Por el bulevar de los sueños rotos (con letra de Sabina y música de Los Secretos), temazo incontestable con el que dijeron adiós. El público, enhiesto, les dedicó una larga ovación.
Ya en los bises, Agárrate fuerte a mí, María, Ojos de pérdida y su himno bandera, Déjame. “Con esta canción empezó todo: contrato, giras…”, rememoró Álvaro Urquijo, que volvió a salir de nuevo para arrostrar Otra tarde and Sobre un vidrio mojado.