The fortitude of Luz Casal
Review Overview
Valoración
8.5 La gira de presentación de su nuevo disco, ‘Que corra el aire’, recalaba en el teatro Cervantes de Málaga, el pasado lunes, sólo tres días después del fallecimiento de su madre y Luz Casal afrontó la cita con suma entereza. Un concierto de dos horas y media con una profundidad y emotividad latentes.
Rockera y tierna, fuerte y frágil a un tiempo, repasó los temas del nuevo álbum, sorpresivamente, al completo y en el mismo orden. Se trata de un disco de madurez, que suena fresco, con grandes temas, como el de título homónimo o el primer single, ‘Miénteme al oído’. ‘Te ensenan los ajos que es mejor una caída que vivir en la nube de otra vida”. Verdades como puños. También sonaron la intimista Lucas, sobre la muerte prematura del protagonista; o la que le dedicó a su padre, Meu pai; la más rockera ‘Tanto ruido’ o la profundísima balada La única verdad; Morna, bellísima canción de Cabo Verde y una afortunada versión de ‘Amores’, de Mari Trini.
Fin de la primera parte con un pequeño descanso, algo poco habitual; detalles que traslucen su libertad de acción.
Vuelve de negro riguroso para artistas un repaso a los grandes éxitos de su carrera. “Siempre que vengo a Málaga, siento las mismas sensaciones: cariño, respeto, atención… Pero, esta noche es distinta para mí; sobrevolando mi cabeza y mi corazón está mi madre”, confesó. Cálido aplauso de un público enhiesto.
Y prosiguió: “He llegado a la conclusión de que el cuerpo se va, pero el espíritu estará siempre presente. Por eso no tengo un dolor que me haga imposible estar aquí esta noche con vosotros; tengo una sensación de paz, de ser la continuación de lo que esa mujer jovial, bella, buena persona, honesta y muchas cosas más me ha dejado”. Interpretó Entre mis recuerdos y, acto seguido, la luminosa Un nuevo día brillará, en que cede la voz al público. Pellizcó con Besaré el suelo otra vez y logró levantar al respetable de sus asientos.
Así, fue alternando temas más rockeros, como ‘Un pedazo de cielo’, en que hizo el ventilador con la cabeza; con baladas como Creo en ti para decir adiós con Loca y su clásico seminal Rufino. Apoteósica. Ya en los bises, tres de una tacada: ‘Lo eres todo para mí’, ‘Piensa en mí’ y, en la despedida, la profundísima Te dejé marchar. Portentosa.