Fernando Polaino: «Granja Beat is a platform to help people work on their project»
Fernando Polaino and Quique Díaz said goodbye to their group, Los Lunes, in 2000, then renamed Los Lunes Que Quedan after becoming a duo. A good handful of songs that have survived well over time, such as Los años que nos quedan por vivir, Canción de despedida, Compañeros, o aquella versión ralentizada del Dime que me quieres de Tequila. En 2007, entrevistamos a Fernando Polaino en POPES80.com y le preguntamos por Los Lunes y ese disco grabado -Fin de semana- que nunca llegó a ver la luz porque les sorprendió su separación. Fernando hablaba entonces de una "hibernación" del grupo y no descartaba "encontrar el momento" oportuno para retomarlo, pero centraba su atención en todos los proyectos musicales que se trae entre manos desde hace más de una década. Hoy lo entrevistamos de nuevo, para hablar de uno de ellos: Granjabeat.
Te diste a conocer como compositor, cantante y fundador de Los Lunes allá por los 90, pero desde entonces no has parado: productor asociado con Alejo Stivel y también en solitario (La Cabra Mecánica, Dwomo, Guaraná…). Mucho tiempo en la música, Fernando.
Sí, ya el curriculum es por pesado, llevas tantos años que, a no ser que seas muy malo, algo se aprende.
Dicen que Granjabeat es tu última locura, como buen loco por la música. ¿Cómo nace?
Estamos inaugurando, dando los primeros pasos con un sello discográfico, no muy al uso, es una plataforma para ayudar a la gente que esté dispuesta a trabajar por su proyecto. Un caso clarísimo es el de Doctor Sapo: lleva muchos años, y a pesar de todo lo que pasa ahora, cree en su carrera a muerte, y yo con gente como él sí me embarco. No tengo mucho dinero, ni una empresa detrás, pero estoy dispuesto a buscarme la vida con gente así.
Hacéis tareas de distribución, producción, edición…
Sí, como sello discográfico. Siempre he producido, he tenido pequeños estudios en casa, ahora tengo uno mejor puesto. Hasta ahora sólo producía, mezclaba y los grupos se buscaban la vida. Ahora, viendo la situación, he decidido ser valiente: no sólo produzco y grabo, hago un poco todo el trabajo, promoción… Y voy a medias con el grupo.
Imagino que hacerlo desde tu otro lado profesional, el del músico, ayudará a entender mejor lo que quieren los grupos, imagino.
Yo siempre he estado en el otro lado de la mesa, cuando me veo en este lado es un poco extraño. Mi trayectoria ha sido siempre como músico, conozco muy bien cómo está la cosa, lo que le interesa a un músico, y trato de tratar a la gente como me gustaría que me tratasen a mí.
Son los cambios a los que deriva la música: abarcar más planos de trabajo.
Eso es, diversificarte y buscar. Hay gente que, ante la incertidumbre, se echa hacia atrás a mí cuando no hago nada me surgen ideas.
Entre otros, has producido el nuevo disco de Dr Sapo, ‘Balas de plastilina’, ¿cómo ha sido el trabajo?
Ha sido muy fácil, ya tuvimos una conexión hace años, estuvimos a punto de trabajar juntos, y cuando ha surgido esta nueva oportunidad he descubierto a una persona que está volcada en su carrera, que se lo cree, que pierde dinero, que se deja la vida en la música y que no desfallece. Para mí ha sido mágico. Además, tenemos la conexión de Guadalajara, vivimos bastante cerca. Ya tengo un vecino al que llamar cuando estoy en apuros (risas). Cara a cara tiene una personalidad muy potente y una sencillez admirable, pero cuando le ves tocar en directo te das cuenta de que la gente capta eso mismo. El mundo es de gente como Miguel: gente que se cae y se levanta. Además, se ha fiado de mi criterio, me ha dejado hacer y deshacer, y para mí eso es oro. No hay pose, no hay nada impostado.
Ya habéis presentado varios discos, ¿cuáles han sido los primeros?
Acaba de presentar el disco Candelaria, y vamos haciendo catálogo: La llave de Alen, Skarlatines… Cada uno con sus neuras, pero gente maravillosa. Con alguno me equivocaré, eso es parte de la vida, pero de momento estoy contento y con idea de nuevas producciones y proyectos.