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Popes80 | 27 November, 2024

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 Uribarri and the Asshole

Itxu Díaz
  • On 12 March, 2008
  • http://www.itxudiaz.com

Me había librado este año de escribir sobre Eurovisión, pero es que Nico Rey ha vomitado en su blog sobre la televisión, en elmundo.es, un agresivo texto dedicado a insultar a José Luis Urribarri y a felicitar a Buenafuente. O sea, se congratula de que unos incompetentes hayan permitido que una cadena pública financie por el morro una campaña de publicidad a una televisión privada, con la excusa del festival de Eurovisión. Porque al margen de las opiniones de cada uno sobre El Gilipollas –lo lamento, pero se llama así-, lo realmente importante es lo que hay de fondo, y es que la pública TVE está promocionando gratis el programa de Buenafuente de La Sexta. Cosa que me parecería estupenda si mañana me dejaran a mí promocionar mi último libro en hora de máxima audiencia, por ejemplo, y, de paso, también, publicitar los últimos discos de un par de grupos a los que tengo especial cariño. Pero no me dejarán, creo.

No sé si Nico Rey tiene algún problema personal con Uribarri, en cuyo caso podría explicárnoslo en vez de arremeter contra él con calificativos tan originales y respetuosos como «Pereira carcunda y desactualizado», «mala fotocopia de sí mismo» y «cara de pasmao, desaborío», por haber criticado la presencia de El Gilipollas en Eurovisión, como era su obligación. Pero, resumiendo, la libertad de expresión para Nico se basa en que El Gilipollas está muy bien y en que Uribarri es un gilipollas. Un lío, vamos.

Critica nuestro imparable «blogger» en elmundo.es que Uribarri lleva demasiados años opinando sobre Eurovisión en Televisión Española. Lamentable error de TVE, que debería haberlo sustituido hace tiempo por este prodigio de la crítica musical que es Nico Rey. Observen la profundidad de razonamiento, la solvencia en la palabra y la reflexión filosófica con la que finaliza su magistral defensa de El Gilipollas: «¿adivina alguien cuál de las dos gogós que viajarán con Chikilicuatre a Belgrado comparte algo más que nóminas con Buenafuente? ¡A ver si aprendes algo de él, Uribarri!, ¡y cambia esa cara de pasmao, desaborío! ¡Perrea, perrea, y reconoce de una vez que, con las bragas en la mano, con guitarra de juguete y en la intimidad, bailas a ritmo de reguetón! Uno: el breikidans. Dos: el crusaíto. Tres: el maiquelyason. Cuatro: el robocop».

Yo creo que no aprecio la prosa y el pensamiento de Nico porque no lo entiendo. Si lograra entenderlo me uniría a la causa de exterminar a Uribarri y aplaudir el mérito de Buenafuente, que según Nico comparte no sé qué con la azafata de no sé quién. Si es que no sé de qué habla. Imagino que quienes han regalado Eurovisión a La Sexta podrán descifrarlo. Pero yo lo intuyo pero no lo veo. Lo huelo pero no lo palpo. Empiezo a leerlo y me pierdo.

Ya que Nico hace una intoxicante defensa de la democracia –como si la tontoaudiencia eurovisiva tuviera algo que ver con el noble ejercicio del gobierno del pueblo-, yo romperé una lanza en defensa de la libertad de expresión de José Luis Uribarri, cuyo pecado es haber dicho lo siguiente: «Para llevar a un representante de este tipo yo habría preferido a los Mojinos Escozíos, que tienen un bagaje». Algo que por otra parte comparto al cien por cien. Uribarri es un profesional de la comunicación de reconocido prestigio, que lleva trabajando en televisión desde el año 1957. Hay que respetar a los demás, especialmente si son veteranos. Si por criticar la participación de El Gilipollas en Eurovisión uno se convierte en un «carcunda» y un «desactualizado», pido públicamente mi inmediato ingreso en el Club de los Carcundas y Desactualizados (C. C. D).

No me extraña nada todo lo que esta sucediendo en Eurovisión, porque firmé hace varios años un artículo –que está en «Haciendo Amigos»- titulado: «Eurovisión, una cita con el humor en Europa», y pueden imaginarse por dónde iban los tiros. A día de hoy estoy en contra de la participación de España en Eurovisión, esa es la verdad. Además sabía que «Chiki Chiki» sería la bandera española este año. La prueba la pueden encontrar en mi comentario «Entre comillas» en POPES80 FM del pasado 29 de febrero, que por su extensión reproduzco al final de este «Desde la Costa»*.

Pero en fin, seguro que les ha pasado alguna vez: Juega su equipo de fútbol y por enésimo partido consecutivo encaja un gol nada más comenzar el encuentro. A los pocos minutos, encaja el segundo. En nada, cae el tercero. En ese momento, ¿nunca han caído en la tentación de desear la goleada a su propio equipo, para que al menos aprendan, y echen al día siguiente a la calle hasta al portero suplente? Pues eso le deseo yo a España en Eurovisión.

Pero sin regalitos de TVE por debajo de la mesa a ninguna cadena privada.

*»Chiki chiki, amigos. Me han preguntado hoy mi opinión sobre los candidatos a representar a España en el próximo festival de Eurovisión. Es la primera vez este año que paso por semejante aprieto. Lo que realmente pienso, con permiso de Uribarri, es que deberíamos dejar de participar de una vez en ese homenaje a la ordinariez, al mal gusto musical y al favoritismo político mezclado con pseudo música. Pero como es difícil que dejemos de defenestrar prometedoras carreras artísticas, una vez al año, en ese terrorífico evento, lo mejor es enviar a lo peor de lo peor y cruzar los dedos para que no gane. Porque todo puede suceder cuando las televisiones europeas se proponen algo. Y si gana, se hará insoportable.

Desde la desastrosa experiencia, en términos artísticos, de Operación Triunfo, España ha dado muchas vueltas para elegir al candidato en los últimos años. Si actualmente se tratase de un concurso interesante, y realmente hubiera que presentar la mejor candidatura de las posibles, yo reuniría a diez críticos y periodistas musicales para que tomasen su decisión. Imagino que propondrían a Amaral, Pereza o algo razonable.

¿Por qué no me gusta que el candidato sea elegido en voto «democrático»? Es muy sencillo: porque el arte no es algo democrático, y la música tampoco. La prueba es que a menudo se aúpa auténtica basura a los primeros puestos ventas de música en España. Por tanto, eso de la elección por votación del público, si esto fuera un festival serio, sería un grave error. Pero como participar en Eurovisión es más bien un insulto al artista que un premio, y como cada grupo que pasa por el festival se disuelve en cuestión de meses, me parece oportuno que dejemos pelearse en Myspace a las ordinarias masas digitales españolas para elegir al candidato. Que por supuesto, si no hay una mano negra, será el más hortera, el más zafio o el más políticamente correcto y artísticamente incorrecto de todos.

Lo demás ya lo sabemos. Chiki, chiki, amigos».

LOS LIBROS DE ITXU DÍAZ