Recientemente mi compañera Marta Galán ha escrito un formidable artículo llamado «¿Cuándo fue la última vez que…..?», en el que cuenta cuando ha sido la última vez que hemos hecho algo, pues bien antes de esa última vez, siempre hay una primera.

Recuerdo perfectamente la primera vez que fui a un concierto de algún grupo de los 80, fue en el parque de atracciones de Madrid y los elegidos fueron los Hombres G, tenía yo por entonces 13 añitos, también me acuerdo a la perfección de la primera vez que vi al Pingüino también en el parque de atracciones. No se me olvida cuando fue la primera vez que vi a La Ley de Murfi (entonces se llamaban Jam Sex) en un pabellón de Parla, y por supuesto la primera de Mala Suerte en el Honky un Martes a la 1 de la mañana teniendo que currar al día siguiente, y así me podía escribir 3 ó 4 artículos con cada grupo de pop español, creo acordarme de todas esas primeras veces, pero el caso es que el pasado jueves por fin con 36 años lo hice por primera vez… No es lo que estáis pensando leñe, que este artículo es de música.

Dos días antes del evento me llamó mi queridísimo amigo Paco para invitarme al concierto de The Cure que iba a tener lugar en el reformado Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid, no dudé en aceptar la invitación, ya que nunca y digo nunca había ido a ver en directo a un grupo que no fuera nacional, se dice pronto después de llevar 23 años yendo a conciertos y os aseguro que voy a unos cuantos al cabo del mes.

Primero decir que el Palacio de Deportes después del incendio que tuvo hace años (también fue mi primera vez en ir allí) ha sido reformado a las mil maravillas, y que la acústica que han obtenido me ha parecido muy buena, creo que por fin Madrid tiene un sitio para albergar con ciertas garantías conciertos de la talla que merecen muchos grupos y que las salas que hay en la capital a veces se les quedan pequeñas.

Y por supuesto hablar de los protagonistas (ya sé que no es un grupo español, pero darme licencia para escribir sobre ellos, ya que no lo hago habitualmente, es más me da a mi que tardaré en hablar de un grupo de habla no hispana), a lo que vamos, lo primero que me llamó la atención fue el escenario, en él solo había un juego de luces, nada de extravagancia, nada de sobrecarga, es decir nada de nada algo que me pareció perfecto y a continuación la puesta en escena del grupo todo normal, digo lo mismo que del escenario una puesta en escena simple y no lo digo en tono peyorativo al contrario me gustaría exaltarlo, contando por supuesto que el cantante del grupo iba con sus pelos cardados y el maquillaje que habitualmente lleva (lo hace desde hace 28 años). Y digo lo de el escenario y lo de la puesta en escena, porque pensaba que al ser un grupo denominado oscuro, gótico o tonterías por el estilo, iban a ir acompañados de una parafernalia importante. Yo soy de la opinión que para hacer buena música no hace falta ni grandes decorados ni disfrazarse y esta gente hace muy pero que muy buena música. El grupo lo componen dos guitarras, batería y bajo ¿y para que más? Solo con esos instrumentos fueron capaces de llenar a nivel sonoro todo el palacio, hacen un muy buen pop, y no les hace falta bailar y dar saltito ni vueltecitas para encandilar al público y seguir siendo uno de los grupos punteros a nivel mundial, entre otras cosas porque lo dan todo en el escenario y se tiraron más de 3 horas de concierto (ya me gustaría ver a mi a esos que salen de una academia estar ese tiempo cantando y haciéndolo a un gran nivel como fue el caso de The Cure).

En fin, una experiencia muy positiva y que no me importaría repetir, ya que esas 3 horas y 20 minutos que duró el evento se me pasaron volando.