Mikel Erentxun: «Puedes tener un éxito gigantesco y al día siguiente no ser nadie»
Ya anunciaste que 'Detalle del miedo' sería un disco diferente, y lo es, pero no deja de estar muy conectado a tu música de siempre. ¿Cuáles crees que son los cambios más señalados de este disco?
Es un disco que apunta cosas distintas, pero no dejo de ser yo. Primero hay una diferencia importante de concepto, es un disco grabado con una banda fija, 'Las malas influencias', esa es una forma de trabajar distinta, y es un disco más cálido, más alejado del rock and roll, más poético, más introvertido, con un cierto acercamiento al country y al folk….También la forma de cantar, que es más grave, más templada. Pequeñas cosas que juntas producen un cambio importante.
¿Y cuáles son los elementos que están más cerca de tus discos anteriores?
Cualquier canción de 'Detalle del miedo' podría haber estado en un disco anterior mío, pero probablemente hubiera sido la canción excepción. Este disco es un disco entero de canciones así. En 'El corredor de la suerte' había canciones acústicas y bajas de tempo, con cuerda; prácticamente lo que he hecho aquí ya lo había hecho en otros momentos, quizá no tan profundamente.
El single, Ángela, tiene un comienzo de violín precioso, que casi introduce más a una pieza clásica, y sin embargo, al rato descubrimos que es tu nuevo single. Ha sido una apuesta fuerte por algo diferente.
Sí, desde el principio lo tuve claro, y le pedí a Joserra Semperena que empezáramos con una introducción clásica porque quería que al poner el disco la gente pensase que se había equivocado. Hay un disco de Pink Floyd que empieza con unas trompetas, de una forma un tanto alejada de lo que va después, me gustaba esa idea.
Además, la apuesta por este single también es una buena forma de acercarle ese otro lado tuyo a aquellos que no hayan buceado entre tus discos.
Sí, es una canción puente entre el pasado y el presente, que reúne todo, una canción ágil, con un contenido importante de orquesta, la forma de cantar ya apunta otras cosas… Es una canción que tiene como tres partes, es más compleja de lo que parece.
En el disco hay canciones que te han pedido un cambio en la voz, en la forma de cantar. ¿En qué consiste exactamente ese cambio?
En una bajada de tono, cantar más natural, con la voz más cómo la tengo cuando hablo, sin tratar de forzarla, casi estoy hablando.
El disco lo firmas como Mikel Erentxun y Las Malas influencias. Suena a querer rescatar el concepto grupo, a pesar de caminar solo. ¿Es así?
Sí, la idea es volver a sentirme cantante de un grupo, y recuperar lo que había abandonado cuando dejé Duncan Dhu. Me apetecía volver a tener una banda fija, con la que ensayar, grabar y volver a hacer el disco siguiente. Ahora ya tenemos un sonido, y el disco nuevo va a sonar a eso.
¿Ese sonido es la mayor aportación de la banda a este disco?
Este disco está grabado entre cuatro personas, y cada uno en su parcela es responsable de que el disco suene así.
Hace poco, en una entrevista que realizaste en POPES80.com, comentabas que este disco es muy de otoño, que quizá debería haber salido después del verano. Puede ser un inconveniente, pero también puede ser una ventaja. Publicar un disco pausado dentro de una marea de discos frescos que salen en estas fechas es una forma de aportar algo más.
Sí, no es un disco de verano, a mí no me gusta el verano, musicalmente es un disco de otoño e invierno, va un poco contracorriente comparado con los que salen del verano. La ventaja es que podrá estirarse, y espero que lo haga después de verano.
También es verdad que apetece un poco de serenidad y de discos que puedan saborearse más que de usar y tirar, discos duraderos frente a productos rápidos…
Sí, es para degustarlo tranquilamente, de largo recorrido, se va apreciando más cuando va reposando. Es más atemporal.
Acabas de presentar 'Detalle del miedo' y sin embargo, quieres volver a meterte a seguir trabajando en nuevas canciones, y olvidarte un poco del directo. ¿Por qué tienes esa sensación?
Primero porque tengo muchas ideas y muchas canciones, y luego porque cada vez me gusta más estar en el local de ensayo, tocar, grabar… Tengo un estudio en casa y eso me da mucha libertad. Este mes está siendo muy intenso, pero en julio espero meterme en casa y grabar cosas.
Parece que los discos están destinados a apagarse, pero el directo será siempre lo que mantendrá viva la música…
Sí, quizá lleguemos pronto al momento en que grabemos las canciones sólo para colgarlas en internet. No me desagradaría volver al concepto de single que se llevaba en los años 50 o 60. Grabo dos canciones buenas y las cuelgo, no tengo que esperar a tener diez o doce. A lo mejor acabamos en eso pronto, saliendo a la carretera con las canciones sonando en los ordenadores.
Hace poco entrevistábamos a Ariel Rot, y nos decía que cree que España es un país más de canciones que de artistas. ¿Piensas como él?
Sí, es posible. Aquí no hay cultura de fidelidad a un artista, a una trayectoria o a una carrera. Puedes tener un éxito gigantesco y al día siguiente no ser nadie. Aquí la gente se mueve más por las canciones que suenan en las radios convencionales. No se cuida al artista, se cuida la canción.
Hay músicos que, a pesar de que tener cierta veteranía, reconocen que cada disco nuevo que publican es como volver a empezar de cero, como si no existiese una carrera sólida detrás. ¿Tienes esa sensación?
Sí, hay un poco de eso. Tampoco es bueno vivir de rentas, por haber tenido algún disco importante. El artista debe hacer un disco bueno, eso es lo más importante, y no pensar en éxitos anteriores. Pero sí debería haber un cierto respeto a los músicos con trayectorias largas, como sucede en Inglaterra o en Francia.
Quizá es una sensación que se acentúa aún más en estos tiempos convulsos que estamos viviendo, y quizá esto cree también una cierta inseguridad a los músicos. ¿Te ocurre a ti?
No, en este disco en concreto ha sido un volver a empezar voluntario, con este disco quiero marcar un comienzo de nuevo. Es un riesgo, un reto, pero esas cosas te mantienen vivo por dentro.
Supongo que también tendrás muchas ganas de tocar en Madrid, este viernes, 18 de junio, en Joy Eslava…
Efectivamente. El caso de Madrid es una especie de concierto emblemático, es uno de los momentos importantes de cualquier gira.
Llegas a Madrid este viernes, 18 de junio, en la sala Joy Eslava. ¿El directo llega bien rodado a Madrid?
Sí, venimos de unos conciertos en México y Suiza, he vuelto encantado y con las pilas cargadas y creo que la banda viene bastante engrasada. He sacado bastantes conclusiones, todavía estoy experimentando cambios en el repertorio, en el planteamiento del concierto. A Madrid venimos en una condición óptima.
Te toca trasladar un disco en el que hay una orquesta preciosa a un escenario sin orquesta. ¿Cómo has afrontado ese traslado musical?
Hay un quinto músico, que no estaba en el disco, que es el que llena el hueco de la orquesta. Toca la guitarra, el pedal steal, la mandolina, el banjo, instrumentos con los que tratamos de crear las mismas atmósferas y de crear las mismas sensaciones, aunque no sea igual, evidentemente. En directo suena más country que en el disco.
¿Cuál es el repertorio que has escogido para este concierto?
El disco nuevo lo hacemos completo, y luego hemos repasado mis canciones más importantes de mi trayectoria en solitario, las hemos vuelto a vestir, les hemos dado un par de vueltas y suenan nuevas, distintas.
¿Habrá momentos en los que 'Las malas influencias' te dejen solo en el escenario?
Sí, en un par de momentos me quedo yo solo con la guitarra y el piano un par de veces, este disco tiene momentos íntimos y hemos tratado de trasladarlos también al directo.
Un disco que dices que encaja bien en teatros, pero en este caso, no es un teatro al uso…
Es un concepto distinto, es bastante grande y la gente está de pie. Es la primera vez que voy a tocar en una sala a medio camino entre una sala de rock y un teatro, así que haremos algo distinto de lo que hemos hecho hasta ahora.
Puede descargar aquí el audio de la entrevista
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