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Popes80 | 18 octubre, 2024

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 Loquillo: «Hacer un disco con Urrutia, Calamaro y Bunbury sería memorable»

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En Rock and Roll Star: 1980-2010 hay un disco sólo de temas inéditos. ¿Qué contiene este disco y de cuándo son los temas?

Son colaboraciones que he realizado con artistas distintos en proyectos diferentes, hay cosas que yo no sabía ni que existían. Ha habido un trabajo de búsqueda, se han dedicado a buscarlo todo y lo han encontrado todo. Sólo hay una canción que no está, que grabé con Carlos Segarra en Memphis, en su disco La rosa y la cruz, hicimos un dueto que escribí yo y que ha desaparecido de la discográfica de Los Rebeldes. Todo lo demás está, incluso canciones que grabamos en las sesiones de Mientras respiremos que yo guardaba en una cinta (porque tampoco estaba en la discográfica), y que nunca habían salido a la luz. Hay un material inédito muy interesante.

En la caja hay también un libreto que contiene textos de muchos de tus compañeros de viaje, como Sabino Méndez, Andrés Calamaro o Gabriel Sopeña, además de firmas como la de Luis Alberto de Cuenca, Juan Puchades o tu antiguo compañero en la cancha, Epi. ¿Qué han dicho de ti en esos textos?

No he querido leerlos hasta que ha estado terminado, así que aún tengo que hacerlo, me voy a llevar una sorpresa, a ver qué dicen de mí… Creo que es una buena forma de situar al artista en el lugar y en el contexto histórico de cómo sucedieron las cosas. Hay gente que me ha visto en momentos muy distintos. Si no hubiera empezado con un disco llamado Los tiempos están cambiando nada hubiera ocurrido. Antes de eso, hubo gente que me dio la oportunidad de escribir en una revista, de hacer programas de radio o de ser promocionero de discos. Creo que todo está muy bien trazado, desde mis compañeros de baloncesto, como Epi, hasta el promotor más importante del pop español, que es Gay Mercader. Hay una buena selección de personajes necesarios en el devenir de la historia española de los últimos treinta años.

En el álbum de rarezas hay un dueto muy acertado de Cruzando el paraíso con Andrés Calamaro.

Es una versión que salió en Argentina hace dos años. Andrés siempre ha estado muy presente, hemos colaborado en Cuero español, también con Jaime Urrutia, con Balmoral y ahora con El hombre de negro. El otro día me llamó para colaborar en su disco, y me dijo que necesitaba un fraseo mío en una canción. Hay mucha conexión, mucha ternura entre ambos, un respeto mutuo tremendo, tenemos un concepto de la música muy particular, donde la familia es algo muy importante. Nos queremos mucho. Igual que hay un sentimiento con Jaime (Urrutia), que es el mejor autor de este país. Siempre digo que Jaime escribe y los demás lo intentamos. Nadie escribe como él.

Una vez más, habéis repetido ese cuarteto de ases: Calamaro, Urrutia, Bunbury y tú, en la nueva grabación de El hombre de negro.

Enrique fue un caballero, no pudo venir a la grabación porque estaba de gira por América, pero mandó su parte de la canción y del videoclip, y eso son cosas que hacen los amigos. Reunir a los cuatro ha sido un regalo y espero que algún día podamos reunirnos sobre un escenario.

¿Cómo surgió esa primera reunión entre los cuatro?

La primera vez fue para grabar el Dónde estás con Jaime, y eso funciona. Espero que algún día las estrellas se confabulen y pueda hacerse no sólo una gira, sino también un disco juntos. Sería memorable. Algo necesario para la música en español. No pierdo la esperanza.

Antiguamente los rockeros érais los dueños de las chupas de cuero… Y ahora hasta las niñas de trece años llevan una cazadora de cuero al colegio. ¿Ha dejado de ser un símbolo de rock?

Yo siempre he dicho que uno tiene que aparentar la edad que tiene y ser coherente con la música que hace. Yo no entiendo a los compañeros de generación que se dedican a ser adolescentes eternos. Yo hago la música que pertenece a mi edad, e intento siempre ser coherente con eso. Con 48 años a lo mejor no tienes la pasión ni la ingenuidad que tenías con 19, pero sí la sabiduría para sustituir una cosa por la otra. A los 19 lo lógico es ser un transgresor, romper cosas, hoteles y hacer el animal, eso es estar en primero de rock. Cuando superas eso, puedes hacer otras cosas. Yo no critico nunca a la gente más joven, sólo a los de mi edad. No pretendo decir que cualquier tiempo pasado fue mejor. Los chavales de ahora no son como nosotros, es una época distinta y un tiempo diferente. Nosotros nos bebimos la vida en diez años, y seguimos vivos. No puedes pretender que cualquier persona que haga ahora rock and roll tenga que pasar ahora por lo que pasamos nosotros. Es distinto. Al final, lo importante son las canciones, hay buenas y malas. Las que resisten el paso del tiempo y las que no, las que son eternas y las que son fenómenos momentáneos.

Esta caja es una buena muestra para conocer la evolución del rock en España a través de tus canciones. Al margen de tu discografía, ¿qué otros discos recomendarías para conocer la evolución del rock en estas tres últimas décadas?

Antes de irme a Argentina estuve toda una madrugada escuchando toda la discografía de Gabinete Caligari. Qué canciones, que maestría, que manera de utilizar el castellano. Del otro lado del Atlántico, me quedaría con los discos anteriores de Calamaro: qué manera de envolver y de hacer melodías. Y después ir a los orígenes, a los Burning. De tanto en tanto, sigo escuchando eso, porque son mi marca de fábrica. Yo no sabía inglés, así que sólo hacía versiones de temas españoles. Yo no cantaba éxitos de los Rolling Stones, ni de The Doors, ni de Lou Reed; yo cantaba éxitos de los grupos que conocía. Esa fue mi escuela. Si no hubiera imitado a Antonio de Burning, no cantaría de esa manera. Si no hubiera venido a Madrid y no hubiese conectado con Gabinete, con Alaska y los Pegamoides, con Parálisis Permanente, yo no sería así. El hecho de que unos tipos raros, de cuero negro, llegasen a Madrid y se encontrasen con unos tipos de camisas de colores y corbatas estrechas y con el pelo cardado fue un momento estupendo. Si no hubiera habido esa fusión, no estaríamos donde estamos ahora.

Ir ahora a Argentina, es como dar de nuevo tus primeros pasos, ¿no?

Trabajamos con un poso, somos un grupo de culto allí. Es más fácil que cualquier banda nueva que llega y tiene que hacerse con un público, nosotros ya lo tenemos, sobre todo en Uruguay. Allí el rock es cultura: tienen dos canales de televisión y dos cadenas de radio dedicados al rock español, es tremendo, y da envidia llegar aquí y ver esto, que es un páramo, un desierto absoluto. Cómo se quiere la música del país, cómo se defiende la música del país. Cuando tu has vendido discos en Argentina, Uruguay, y la gente conoce tus canciones es emocionante, es una inyección de vitalidad y de hacer cosas tremenda. Llegas aquí y te dan ganas de volverte a ir. Te lo puede contar cualquier artista español que llegue ahí. Fue muy emocionante llegar a Buenos Aires y encontrarte que Bunbury llena el Luna Park, o quedas para comer con Andrés al lado de su casa. Es increíble tener la sensación de estar como en tu casa. Siempre es muy emocionante, y más cuando ves cómo tus amigos triunfan ahí. Me sabe muy mal que aquí no se trate a los artistas españoles como se les trata allí.

¿Habrá una gira especial treinta aniversario? Con ese trío, o como creas, pero algo tienes que hacer, para celebrarlo…

Yo lo haría ahora mismo, pero cada uno tiene sus prioridades y sus tempos. Eso es generacional, cada uno de los artistas formamos un equipo imparable que puede dar mucho a la música en español, que además entramos en una etapa importante, que es la madurez. Creo que van a venir trabajos muy buenos. Jaime entra a grabar ahora, Andrés también va a grabar y Enrique triunfa en América. Por otro lado, tengo muchas ganas de hacer una gira que pueda recuperar mi trayectoria, no desde el punto de vista nostálgico, porque no lo haría. Esa gira tiene que servir para que después me pueda meter en un estudio a grabar un disco de poesía, para que pueda terminar mi novela, para que pueda producir mi segundo documental… Siempre utilizo el dinero de las grandes giras para hacer proyectos difíciles. El público lo sabe, es una manera de subvencionar eso, y voy a trabajar en esa dirección.

Creo que ahora ya conozco tus próximos proyectos…

Sí, y mi máxima antes de que acabe el año es terminar mi novela, la continuación de El chico de la bomba. Necesito terminarla, escribir es algo que me apetece mucho, y tarde o temprano acabaré dirigiendo algo, de momento hago de productor, pero tengo que dirigir, lo tengo ahí, a medio camino.

Loquillo, que recorras ese camino entero, y muchas gracias.

Muchas gracias a vosotros por el trabajo que hacéis, porque es muy importante. Trabajáis un espacio que nadie trabaja, ayudáis a mucha gente que no tiene quien hable de lo suyo, y eso es muy importante. Creo que la gente que lee vuestra página lo sabe, y eso es muy de agradecer.


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