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Popes80 | 22 diciembre, 2024

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Los secretos a voces

Los secretos a voces
Javier Quero

Ayer los vi. La nostalgia y la tristeza suelen coincidir. Se rompieron mis esquemas, después comprendí… Comprendí el origen de muchas de sus letras, entendí que hubiesen ascendido a los cielos de la música y caminé 40 años atrás en el tiempo. Porque desde el escenario del Teatro Nuevo Apolo se obró el milagro de la resurrección de Enrique Urquijo con más de mil personas como testigos, cantando íntegro, a capela, desde el patio de butacas, ese Déjame que tanto detestaba Enrique. Déjame, Enrique, déjanos. Es nuestro modo de comulgar contigo y con un grupo más vivo que nunca.

A tu lado, se llama el musical de Los Secretos. Para quienes amamos la música ochentera y profesamos la religión de Los Secretos se trata de una experiencia trascendente. Para aclarar dudas a los indecisos: están todos en el escenario, los auténticos. No es un tributo, tan de moda últimamente. Si acaso, un autotributo con los auténticos Álvaro Urquijo, Ramón Arroyo, Jesús Redondo, Juanjo Ramos, Santi Fernández y Txetxu Altube, junto al actor Javier Orán, que da vida a Enrique, y Cecilia Gala, que representa  las mujeres que marcaron su vida y sus canciones. Al frente, el director Víctor Conde, derroche de maestría al llevar a las tablas un proyecto nada sencillo y que, mediante técnicas teatrales, mete al personal en la trama desde el minuto uno y no lo libera hasta dos horas y cuarto después, para desollarnos las manos en un aplauso eterno.

Las canciones de Los Secretos con la acústica de un teatro es otro cantar. Y otro escuchar, sobre todo. Sublime. Pero es que además el espectáculo, tan bien escrito e interpretado, mantiene en vilo a los espectadores, los adentra en las luces y sombras de 40 años de música y poesía, éxitos, fracasos, tragedias y alegrías. Y lo hace con amor y con humor. Hay momentos para la risa y el estremecimiento cumpliendo la regla básica del arte, que no es otra que provocar emociones.

Los curiosos verán saciada su sed conociendo en voz de los protagonistas los entresijos de su historia. Los melancólicos trazarán la sonrisa agridulce de la nostalgia. Y los incrédulos se abrazarán a la fe de la Música en perfecta comunión. No os podéis perder este espectáculo único. Yo acudí sin leer sinopsis previas ni creándome opiniones a priori sobre lo que iba a ver. Lo recomiendo. Os sorprenderá y os cautivará. Rejuveneceréis. Y finalmente seréis poseídos por la irresistible atracción de esta apuesta musico-teatral única. Sin daros cuenta, acabaréis uniendo vuestras voces a las voces de los protagonistas, Los Secretos: lo que pudo haber sido fue y en la calle del recuerdo volví a ser un niño.