Paco Martín: «No todo el mundo estuvo en el Rock-Ola»
Figura fundamental en el pop español de las últimas décadas. Productor, cazatalentos, Paco Martín convirtió el Rock Ola en el epicentro de la movida de los 80, y fundó las discográficas MR, Twins, Discos Pasión. Entre sus producciones destacan discos de Hombres g, Los Secretos, Danza Invisible, Celtas Cortos, Los Rodríguez o El Canto del Loco. Publicó recientemente el libro Ráfagas, sobre la Movida. Charlamos hoy con él sobre su trayectoria y mucho más.
¿Qué tal la vida de jubilado?
Me prejubilé al ver la situación tan sumamente triste en lo que se estaba convirtiendo la profesión discográfica. De alguna manera, estaba previendo lo que podía ocurrir, sabía que la música no iba a terminar nunca, pero sí el disco. Venía el monstruo de las redes sociales y sabía que más pronto que tarde esto se iba a terminar. Por eso, decidí poner fin a mi carrera en la industria después de más de cincuenta años, que no es poco. Una carrera muy activa tanto en España como en América, y la sabiduría del cuerpo, que es increíble, te pide que basta, que tienes que parar y creo que ha sido lo mejor que he hecho en mi vida, el darle un punto y final a una profesión maravillosa. La mejor decisión desde luego.
¿El nuevo escenario de la industria discográfica fue el detonante decisivo para retirarte?
Sí, sin ningún tipo de duda, y sobre todo también por la gente que estaba mascando el negocio. Es una tragedia lo que está sucediendo desde hace diez años. Tú recuerdas la gente que en los años 70 entramos en la industria discográfica, trabajábamos con espíritu vocacional.
Dada tu trayectoria de vida ¿Cómo te definirías?
Como un enamorado de mi profesión durante toda mi vida. Empecé en los años 70 visitando lugares de ensayo como Tablada, que también era una escuela de aprendizaje extraordinaria para nuestra profesión. Soy muy afortunado de haber estado en esta profesión, que era la que quería y por la que luché desde el principio. Los que empezamos en esta profesión éramos unos locos enamorados de la música, con una gran cultura musical.
¿Algún día habrá consenso sobre el contenido artístico e intelectual de la movida madrileña, lo que es Movida y lo que no?
Se habló muchísimo de la Movida y se seguirá hablando, sobre ella hay más de cien libros publicado. Fue un momento maravilloso y no hay que darle más vueltas. Desde las distintas áreas culturales, vivimos un momento de euforia colectiva, jóvenes que querían cambiar el mundo y que cambiaron la historia. Necesitábamos cambiar ese Madrid, que pasó en poco tiempo de ser un sitio muy triste a ser la ciudad más alegre de Europa con una impresionante actividad cultural. Nunca pensábamos que lo que estaba ocurriendo iba a traspasar fronteras, llamaba mucho la atención en Francia, los franceses estaban alucinados con la movida y así descubrieron a Almodovar. En Alemania también era tremendo el impacto. Madrid cambió radicalmente convirtiéndose casi en el centro cultural de Europa. Y no todo fue tan maravilloso ni perfecto, hubo canciones fantásticas y desastrosas, pintura de calidad y otra que no, personajes con mucho talento y con menos, pero sí había gente con una energía bestial, con ganas de hacer cosas y darle la vuelta a lo que en aquel momento estaba pasando en Madrid, aunque nunca sentí una falta de libertad en aquellos tiempos. Elegí esta profesión porque tenía tantas cosas positivas… Ojalá que algún día se haga un reajuste y se haga una limpieza, porque no todo lo que pasó fue idílico o tan maravilloso como pensábamos.
Se transmite la idea de que si en los 80 no fuiste parte de ese movimiento te desvalora como artista. Los Secretos, por ejemplo, tan felices y orgullosos de no considerarse movida y de tener su propia entidad antes, durante y después de ella.
Ninguno de los que empezamos aquello nos queríamos incluir en esa palabra, Los Secretos formaron parte de ese movimiento musical que hubo en los 80 les guste o no les guste. Posteriormente han seguido una trayectoria muy activa con muy buenos discos. Tras la muerte de Enrique Urquijo, Álvaro supo recoger muy bien el testigo de lo que era la idea y la cultura de Secretos y aún siguen tocando.
¿Qué grupos destacarías de la movida que aún sigan en activo?
Posiblemente, Hombres G. Creo que es el grupo más revolucionario y con un impacto sorprendente. Ten en cuenta que han pasado más de 40 años y siguen llenando estadios en Estados Unidos y en España. No se conoce ningún grupo ni siquiera internacional -aunque creo recordar que había un grupo paralelo a Hombres G que no recuerdo ahora- con una historia en la que sigan los cuatro componentes originales. 40 años llenando estadios de 25 a 50.000 personas, es un hecho insólito que no he oído nunca.
¿Qué futuro imaginabas cuando empezaste de chico de los recados en Polygram? ¿Tenías clara tu vocación?
Absolutamente, siempre quise estar en esta profesión, en la música. Casi todos los que estamos en esto somos músicos frustrados, por alguna u otra circunstancia no hemos llegado a ser artistas. Y en mi caso, a pesar de ser consciente de no tener cualidades como artista, quería estar en esto pasara lo que pasara porque era una profesión que me gustaba, me atraía y siempre me ha gustado estar cerca de los artistas, ver cómo crece una canción, cómo se inicia y termina. Esta profesión es absolutamente maravillosa, no creo que exista una profesión más bonita.
¿Las insatisfacciones merecieron la pena?
Sí, como en todas las profesiones. Nadie ha tenido una vida profesional completamente maravillosa, se pasa por momentos malos y muy duros, pero eso te hace más fuerte y amar mucho más esta profesión. Hay quien lo tuvo muy fácil, yo nunca lo tuve fácil, trabajé muchísimo, pero lo que sí es cierto el que el factor suerte es determinante y sí considero que he tenido mucha suerte en mi vida profesional.
¿Qué es lo más importante que debe tener en cuenta un artista o un grupo?
Las canciones, y si a la creatividad le añades una nueva imagen todo influye. Pero, ante todo las canciones son lo más importante.
¿imagen o actitud?
Las dos cosas son importantísimas, pero si hay buenas canciones.
Como artífice e impulsor de las salas El Jardín, Marquee y Rock Ola, ¿tuvisteis que lidiar con dificultades?
No hubo ninguna dificultad. Era el momento de hacer en Madrid salas de conciertos porque así lo exigía la capital, era un momento de muchísima música, de muchísimos conciertos y había pocos lugares. Esas salas eran discotecas que transformamos en salas de conciertos como algo natural. Y en ningún momento hubo nada complicado o problemático.
¿Había aforo suficiente para todos los que dicen haber estado en Rock Oa? No cuadran los números
No, hay mucho de leyenda con eso de «yo estuve en Rock Ola». Evidentemente, hubo muchísima gente que sí estuvo, pero se ha apuntado otra mucha a esta historia y no fue así, no todo el mundo estuvo en Rockola. Rockola era una sala que estaba abierta toda la semana y normalmente también estaba llena los días que no había conciertos. Era una sala de muchísimo éxito que se convirtió en un punto de encuentro de la gente que le gustaba sobre todo la música y además, exponerse. Como una exhibición acudían con sus mejores galas, se disfrazaban. Ir a Rockola era como estar en una fiesta permanente.
Los sellos independientes MR, Twins, Pasión Discos llevan tu firma, desaparecieron y finalmente en 1992 comenzaste como cazatalentos -A&R- y director artístico para otras compañías como BMG y Universal. ¿Por qué no pudiste aportar resultados en tus compañías en una época de gran consumo musical físico y sí en cambio para multinacionales?
Estoy muy satisfecho de mi etapa independiente con MR, Twins y después con Pasión. Con estas tres compañías saqué a Los Pistones, Hombres G, Danza Invisible, Los Secretos, Antonio Vega, Extremoduro, Los Rodríguez, … Un cúmulo de éxitos tras éxitos. Y qué ocurre, que mantener una compañía es muy complicado. El cine es complicado en España, pero dispone de subvenciones por parte del Ministerio de Cultura asombrosas, la música no ha tenido nunca ni un solo euro de subvención, ni una peseta antes. Una compañía multinacional se puede recuperar tras un año sin tener éxito porque cuenta con un respaldo económico grande detrás, pero si tienes una compañía española pequeñita, sin ningún respaldo económico, tarde o temprano terminas por caer y te das cuenta que no existió ninguna compañía, todos nos fuimos y desaparecimos en un momento determinado. Nadie sacó los artistas que sacamos nosotros, nadie encontró la creatividad como la hacíamos nosotros, pero pasa que el monstruo grande de la música te absorbe y puede contigo. Es muy complicado en este país cuando la cultura es siempre el cine y nunca la música. Los sellos independientes aportaron mucho talento a la música y posiblemente fueron lo más poderoso que tenían los chavales jóvenes de aquellos tiempos que querían hacer música. No fueron tratados bien por este Ministerio de Cultura.
Independientemente de cualquier Gobierno…
Por cualquiera, pero sobre todo el PSOE ha hecho un daño a la música absolutamente tremendo, ha sido uno de los culpables de la situación que ha vivido la música. Desde Cultura, en las épocas que ha gobernado el PSOE es cuando más dinero en subvenciones han soltado para hacer cine o teatro. ¿Dime una compañía discográfica o multinacional que en los últimos 50 años haya recibido subvención por parte del Ministerio de Cultura? No existe, no ha pasado nunca. Así es muy complicado, si hubiera tenido subvenciones…
En cambio, sí se otorgan premios y reconocimientos
Sí, premios sí, a mí me han dado infinidad de premios, pero de los premios no se vive, se vive de que te ayuden a desarrollar a los artistas. Sacamos a una gran cantidad de artistas en aquellos tiempos. El mérito que tenía todo aquello era la gente joven que estábamos haciendo música, desarrollando compañías y sellos independientes, y al mismo tiempo era una labor de aprendizaje extraordinario porque ninguno habíamos hecho esto antes. Nos encontramos en los años 70 no sólo con gente de la música, había del cine, la pintura, la literatura… y todos teníamos un mismo objetivo, que era divertirnos y pasárnoslo bien.
¿Con qué artistas españoles has disfrutado más en su desarrollo? ¿Qué artistas te han dado más satisfacciones?
Posiblemente con Hombres G, porque fueron el primer grupo sacado de una pequeña compañía que vendió con el primer disco más de medio millón de copias, imagínate, y fundamentalmente porque no fueron flor de un día, si no que pasaron cuarenta años y siguen siendo número uno en España y América, y sobre todo por otra razón, porque me parecen de las mejores personas, gente de lo más entrañable y de mayor categoría humana y musical que yo haya conocido en mi vida, los cuatros son fantásticos. Otros artistas con los que haya tenido una relación muy estrecha hay muchísimos, pero te podría decir que con Manolo García he tenido una relación maravillosa y con Serrat, Sabina, Antonio Vega, Enrique Urquijo, … Tanta gente con tanto talento que me ha ayudado a desarrollar mi sueño y cumplirlo. Ellos son los grandes, yo no he descubierto nada, es posible que yo haya podido ver canciones buenas, actitud como mencionaste antes, muchas cosas que otros no veían, pero el talento no lo tenía yo, el talento lo tenían ellos.
¿Crees que Antonio Vega, Enrique Urquijo y Antonio Flores hubieran compuesto grandes temas sin «alicientes o estímulos»?
Creo que sí, me parece una estupidez eso tan dicho de que las drogas ayudan a estimularte y tener sensaciones diferentes para poder crear. Sinceramente, nunca he creído en eso. He estado en ese mundo oscuro, lo he vivido, lo he compartido con ellos y para nada creo en ello.
¿Te sorprende haber y haberles sobrevivido?
Bueno, sí. Es una cuestión de suerte también. Estuve en el pozo negro y salí en un momento determinado, ellos no salieron. El factor suerte es muy determinante, eso dice mi mujer, que soy una persona con muchísima suerte. Sí, reflexiono y miro muchas veces para atrás y reviso la gente que ya no está, gente de mi edad que se fueron, que comenzamos juntos y por circunstancias que fueran no están. No todo fueron las drogas, aunque fue la principal causa, podía ser por enfermedades u otras cosas. Veo que el círculo cada día es más reducido, más pequeño y sí me asusta, me asusta porque se han ido muchos buenos amigos, gente a la que quería muchísimo y gente, sobre todo, que dejaron canciones pendientes de hacer.
¿Se hacen más amigos o enemigos en tu profesión?
En mi profesión no existen amigos, básicamente. Existen amiguetes en un momento determinado cuando trabajamos juntos, y desaparece la palabra amistad en el momento en que se deja la profesión.
¿Mantienes contacto con artistas o compañeros de profesión?
Con compañeros poco porque de la industria discográfica no me interesa para nada la gente que está en este momento llevándolas, pero claro que tengo amigos en la profesión con los que mantengo cierta relación. Con artistas también, pero a los artistas tienes que dejarlos volar, que sean ellos los que te llamen porque entiendo perfectamente que el tiempo, al estar ya jubilado, me sobra, y ellos posiblemente están con mil cosas y les falte. Tienen su gira, sus discos, su profesión y yo no la tengo, y no estoy para llamarles por teléfono, ellos saben que cuando quieren algo de mí lo tienen siempre. Si me llaman ahí estoy. El tener amistad con los artistas en esta profesión es muy complicado.
¿Qué grupos o artistas no tuvieron la relevancia que se merecían?
Hubo muchísima gente. Recuerdo un grupo fantástico de Zaragoza que se llamaba Más Birras y que no llegaron nunca a triunfar plenamente, y un grupo que se llamaban Mosquitos, que lo editamos nosotros con Phil Manzanera. Con Glutamato Yeyé, que era un grupo por el cual sentía debilidad, afortunadamente al final tuvimos éxito. Mamá, que fue el mejor grupo de los 80 y no triunfó nunca, el grupo más poderoso de la movida en Madrid era Mamá, fuera de Madrid no tanto. Era el grupo que llenaba más que Los Secretos, Nacha Pop o Radio Futura, era el grupo estrella de los 80 en la capital, sin ningún tipo de dudas y nunca triunfaron. Hubo tantos grupos que hemos hecho y que creía que podrían funcionar…Y aunque al final es el público el que decide, el factor suerte es decisivo y a lo mejor no era el momento adecuado o vete tú a saber.
¿Qué te faltó por hacer?
No pretendo ser arrogante, pero creo que he hecho todo lo que quería hacer. Respecto a mi profesión no me queda nada por hacer. He hecho todos los discos que quería, he disfrutado de ellos y no me he quedado nunca con la duda de qué podía haber hecho, eso no me pasa. Cuando pasan las cosas, funcionen o no funcionen, no tienes que darles más vueltas. Siempre es lo mismo, es el público el que decide el éxito de un artista y punto.
¿Qué situación hubieras gestionado de otra forma?
Muchas, a lo largo de cincuenta años te puedes imaginar, no te las podría decir en este momento, pero serían muchísimas las situaciones que se podrían haber gestionado de otra manera. Mucho mejor de lo que las hice en aquel momento
¿La conciencia tranquila?
Absolutamente. Eso sí, me quedo con la tristeza de la gente que está llevando ahora la música. Los que trabajábamos en la música en los 60 y 70, éramos gente muy preparada musicalmente. Nos juntábamos en el Rastro y después íbamos a locales donde se ponía buena música, no solamente eran Los Beatles o Los Stones, en aquellos tiempos escuchábamos a Steely Dan, Los Ramones, Los Doors, Pink Floyd, Led Zeppelin, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Bowie, Lou Reed, etc. Si tú preguntas en este momento a quién lleva la industria discográfica en este país, te quieres cortar las venas, a cualquiera de esos presidentes le preguntas por cualquiera de estos artistas que te he comentado y no tienen ni idea. Estamos hablando de una tragedia musical en este momento. Desde la radio, que tuvo una determinación importantísima con sus programas especializados de música, ayudaron a descubrir nuevos músicos y otros sonidos, había gente como Manrique y Carlos Tena, con un talento descomunal y con una gran cultura. La cultura musical que existe ahora es la de Bad Bunny, música de usar y tirar. Hoy en día, estamos atrapados todos en las redes sociales y ya no se desarrollan los artistas de forma artesanal como antes, ya no existe la ilusión que te hacía escuchar una maqueta y a hablar de hacer esto, lo otro o ir a una radio, esos tiempos han terminado. Antes, estábamos todos como en un sueño, éramos todos partícipes de un sueño y aquello se ha perdido ya.
¿Cuál han sido tus últimos proyectos o apoyo profesional?
Me ofrecen muchísimas cosas. En estos momentos, me siento muy orgulloso y bien querido porque me ofrecen homenajes y reconocimientos por toda España y América, estoy profundamente agradecido por ello, pero si alguien me pide algo intento ayudarle altruistamente. Estoy en un momento de paz conmigo mismo, pero como hay artistas españoles que me gustan mucho, y siempre me ha apasionado descubrir artistas y me apasiona poder ayudar a la gente joven que tiene talento, estoy disponible, pero siempre manteniendo una distancia. Estamos viviendo momentos delicados con el regatón y el pop latino, que es insufrible y será una moda pasajera, pero me quedo tranquilo sabiendo que el talento siempre estará. Sabina y Serrat serán eternos como también lo serán Antonio Vega, Enrique Urquijo y un montón de artistas, nunca será un Bad Bunny un artista eterno.
Recomiéndame un productor
Siempre me ha gustado Steve Lillywhite, que ha hecho los discos más bonitos de pop en el mundo. En España, desgraciadamente, ha habido poca gente productora. En los 80 hubo un productor magnífico, Paco Trinidad, que trabajó con Hombres G, Duncan Dhu y muchos más. Hizo el mejor disco de Luz Casal. Era un tipo estudioso de la mesa de sonido, su trabajo es extraordinario y posiblemente no se le valoró como merecía.
¿Qué echas de menos en la industria musical actual y qué virtudes le encuentras?
Lo que echo de menos en estos momentos son personas comprometidas con el talento, que no las hay. Como virtud, las redes sociales que facilitan que la música llegue de una forma más directa a más gente y a más mundo.
¿La supervivencia del formato vinilo está garantizada?
No, a los que somos unos locos de la música siempre nos gusta el formato vinilo porque tenía su olor, sus diseños, sus letras, disfrutabas abriéndolo, era todo como una ceremonia. No pensaba que el cedé iba a terminar con el vinilo y terminó. Vendrá otro formato que terminará con el cedé que ya no existe, se lo ha cargado las redes sociales. Se compra música de consumo inmediato que no se conserva. La música evolucionará a un nuevo formato. Por eso, te decía antes que los Serrat, Sabina, Antonio Vega y gente con talento no morirán nunca y posiblemente, nadie se va acordar ni de Rosalia ni de Bad Bunny, que son los que más producen económicamente en las redes sociales en estos momentos.
¿Tienes historias pendientes por contar? ¿Preparando un nuevo libro?
Sí, estoy preparando un nuevo libro que se llama “Pájaros, pajaritos y pajarracos”, y en el que de alguna manera hablo de las entrañas de la parte mala, de la parte sucia de la industria discográfica, que hay mucho.
Habrá quien se sienta aludido no gratamente
Sí, pero no me preocupa lo más mínimo. Escribo le pueda gustar a la gente mucho o poco lo que digo. Puedo ser más o menos conflictivo, pero he sido una persona que he ido por libre, me he sentido libre a la hora de realizar mi trabajo y a estas alturas, como podrás comprender, diré siempre lo que pienso desde el respeto más absoluto.
¿Cuántos discos en vinilos tienes?
Pues no tengo tantos. Aquella colección enorme de unos 8.000 vinilos que tenía la tuve que vender en un momento determinado, posiblemente sea el momento más triste de mi vida, ese dinero me hacía falta para seguir manteniendo la compañía Pasión Discos. Era una colección única que creo recordar que vendí por unos dos millones de pesetas. Era de las colecciones más maravillosas, tanto que el hombre que me la compró, Antonio, de la tienda Bangladesh, me dijo que era la colección más impresionante que había visto y que le daba pena no poder ofrecerme más. Eran ediciones especiales, rarezas, …
¿Conservas artículos u objetos de interés histórico musical?
Sí, tengo una estupenda colección de guitarras y de ropa, pero esta misma semana he vendido la colección a una gente porque es una colección de muchísimos recuerdos. Estuve buscando sitio para ubicarla y que tuviera el reconocimiento que se merece. Durante mucho tiempo estuvo en mi pueblo de Córdoba, Santaella, pero el pueblo no estuvo a la altura de la calidad de la colección, no supo valorarla. Posiblemente termine en un lugar de Alicante, es algo que se resolverá en estos días, pero estoy feliz porque se van a exponer los objetos que me han acompañado a lo largo de mi vida profesional.
¿Qué se puede encontrar en tu colección?
Por ejemplo, la chaqueta de Sabina de 500 días y 500 noches, la última camisa de Nacho García Vega en su despedida en Jácara, son todo objetos de un gran valor sentimental y que merecen estar expuestas. Hemos recuperado la primera guitarra de Los Secretos, que estaba destrozada. Le encargamos el arreglo a un luthier y se la llevamos a Álvaro para que la firmara, la tocaba cuando tenía quince años, imagínate la emoción. Todo esto también forma parte de las cosas bonitas que tiene esta profesión.
¿Cómo acabó esa primera guitarra de Álvaro Urquijo en tus manos?
Desde que tenía aproximadamente 20 años les iba pidiendo a todos un recuerdo, Antonio Flores cantó sin camisa la última canción de un concierto, me la dio delante de todo el mundo. Son cosas que emocionan.
¿Qué valoración haces de la música pop rock nacional actual?
No hay nada que realmente me emocione. Creo que la gente que me gusta es porque les tengo un especial cariño y les adoro. A lo mejor no soy objetivo, pero Manolo García me parece uno de los artistas más completos de este país, que además de por su calidad humana y humildad, es porque lleva consigo una mochila de cosas buenas tan maravillosas que no las tiene ningún otro artista en este país. De los nuevos grupos muy poquita gente me emociona.
¿Qué escuchas últimamente?
Me gusta mucho Jhon Mayer y Ed Seheran, Van Morrison siempre me ha gustado, Richard Hawley uno de los que más escucho, más me emociona y más me sorprende. Me gusta escuchar canciones antiguas, soy un poco clásico y tampoco soy un fanático de escuchar música.