• Itxu Díaz
• On 11 noviembre, 2011
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Reparo en una canción que se me había escurrido entre los dedos. Demasiados discos, demasiada urgencia. De pronto, vuelvo la vista y caigo ahí, exactamente ahí. La Última Apuesta. Alguna vez se han asomado a esta ventana de Popes80.com. Tímidamente hemos mostrado sus brillos. Menos de lo que nos gustaría, como siempre. Y ahora, sin quererlo, los he redescubierto. Y pocas veces la música es tan generosa en un reencuentro casual.

Ha saltado en mi iPod Humo y se me ha abrazado como si viniera a salvarme la vida. A estas alturas. Me ha impresionado. Comienza suave, enigmática, entre brumas, con la voz más templada que nunca de Pablo Martín, de La Tercera República. En un descuido, rompe en rock, y entra Sandra a encantarnos, a conducirnos más allá de la magia. Humo estalla pronto en un estribillo desgarrador, lleno de verdades, de pequeñas bellezas, de sentimientos cercanos. Pablo lleva entonces su voz al borde del rock and roll, para cantarnos así: «cambia la estación / Atocha, otoño y Robinsón / si eres amado / ¿eso es amor? / Qué sólo estás, qué equivocado».

Tras el ascenso extremo, tras el desánimo, vuelve la paz, el abismo bajo los pies. Ahora entremezclan sus voces, hilando fino, tejiendo entre algodones cada timbre, cada pincelada. Todo encaja. Todo envuelve. Y el segundo estribillo, nos lo regala Sandra. Su voz besa el dolor de una historia de ingenuidades, de amores llenos de soledad, y soledades llenas de amor. De ilusión ya no se vive. «Sabes que el abismo lo ha inventado el ascensor / y el espejismo de las dos / hoy llegará las tres cuarto».

Sube la bruma. Brilla la voz de Sandra, suena en bloque La Última Apuesta. Y en la recta final, la voz de Pablo Martín enloquece en segundo plano. Coros y pendientes, voces de oro. Redondea así otra de sus grandes colaboraciones. Por supuesto, nada sería posible sin esta canción tan especial, que es de las que marcan la historia de un grupo para siempre. La letra, la música, las voces. Todo hace de Humo una razón más que suficiente como para no perder nunca de vista a La Última Apuesta. Aunque hayan pasado varios años desde este disco y venga yo ahora, a estas alturas, a escribir todas estas cosas.

Termino, que voy a escucharla de nuevo. Y van mil. Lamento el retraso. Dicen que nunca es tarde para hacer justicia. Estéis donde estéis. Gracias por esta canción. Gracias por este disco.