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Popes80 | 18 abril, 2025

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Muere Mario Vargas Llosa a los 89 años: adiós al Nobel de Literatura y cronista de las pasiones humanas

Muere Mario Vargas Llosa a los 89 años: adiós al Nobel de Literatura y cronista de las pasiones humanas
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El mundo de la literatura despide hoy a una de sus figuras más brillantes. Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura en 2010, ha fallecido en Lima (Perú) a los 89 años. La noticia fue confirmada por sus hijos, Álvaro y Morgana Vargas Llosa, a través de las redes sociales.

“Su partida entristecerá a sus parientes, a sus amigos y a sus lectores, pero esperamos que encuentren consuelo, como nosotros, en el hecho de que gozó de una vida larga, múltiple y fructífera, y deja detrás suyo una obra que lo sobrevivirá”, escribió su hijo Álvaro.

Siguiendo los deseos del escritor, no habrá ceremonia pública. La familia ha solicitado espacio e intimidad para despedirlo en privado.

Nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936, Vargas Llosa fue uno de los máximos exponentes del llamado «Boom latinoamericano», y su trayectoria lo convirtió en un autor universal. Nacionalizado español en 1993, desarrolló también una intensa carrera como ensayista, articulista, académico y polemista.

Un legado literario inmenso

Desde su primer libro, Los jefes (1959), hasta su última novela publicada en 2023, Le dedico mi silencio, la obra de Vargas Llosa ha sido una exploración constante de las estructuras del poder, la moral individual y colectiva, y los conflictos entre la razón y el deseo. Su pluma dio vida a clásicos indiscutibles como La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en La Catedral, La guerra del fin del mundo, Lituma en los Andes y La fiesta del Chivo.

En Le dedico mi silencio, su despedida literaria, rindió homenaje a la música criolla peruana, incorporando referencias y pasajes musicales de artistas como Chabuca Granda, Óscar Avilés (“el hombrón del bigotito recortado”) o Felipe Pinglo Alba. Letras de valses como Ódiame se entrelazan con el relato, mostrando una vez más su capacidad de convertir lo popular en materia literaria. No era la primera vez que lo hacía: ya en ¿Quién mató a Palomino Molero? construyó un héroe novelesco a partir de un joven músico de boleros linchado por atreverse a cantar serenatas a quien no debía.

Varias de sus obras fueron llevadas al cine, como La ciudad y los perros, Pantaleón y las visitadoras o La fiesta del Chivo, lo que amplió aún más su influencia cultural.

Vargas Llosa fue distinguido con numerosos premios, entre ellos el Premio Rómulo Gallegos (1967), el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986), el Planeta (1993), el Cervantes (1994) y el Libertad Cortes de Cádiz (2014), además del Nobel, concedido “por su cartografía de las estructuras del poder y aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo”.

Fue académico de la Real Academia Española desde 1996 y, en 2023, se convirtió también en miembro de la Academia Francesa de la Lengua, coronando una carrera de proyección mundial.

Además de su obra literaria, Vargas Llosa fue una figura activa en el debate público, siempre a favor de la libertad, tanto en América Latina como en España, donde residió buena parte de su vida. En su faceta personal, su relación con Isabel Preysler (2015-2022) lo mantuvo en el foco mediático. Tras su ruptura, regresó a Lima, donde pasó sus últimos años en su apartamento del distrito de Barranco, acompañado de su familia y, según se ha dicho, en paz.

Su último mensaje

En noviembre de 2023, publicó su último artículo en El País. Ese mismo año, escribió un ensayo sobre Jean-Paul Sartre —“mi maestro cuando era joven”—, donde reconocía con lucidez:

“Tengo 87 años y, aunque soy optimista, no creo que viva lo suficiente para trabajar en una nueva novela, sobre todo porque tardo tres o cuatro años en escribir una”.

El tiempo no le permitió escribir otra. Pero le alcanzó —y de sobra— para construir una obra que seguirá siendo leída, debatida y admirada.

Con su muerte, se apaga una voz esencial de las letras hispanoamericanas. Pero queda su legado: libros que arden, que interpelan, que duelen. Como diría uno de los valses que tanto amaba: Ódiame por piedad yo te lo pido. Aunque el mundo de las letras hoy solo puede sentir respeto y gratitud.

Descanse en paz, Mario Vargas Llosa.

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