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Popes80 | 13 marzo, 2025

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La medicina que te atenderá en tus últimos años si mueres en torno al 2060: parches IA, nanorobots, e impresión 3D de órganos

La medicina que te atenderá en tus últimos años si mueres en torno al 2060: parches IA, nanorobots, e impresión 3D de órganos
M. C.

En 2060, la medicina preventiva habrá avanzado significativamente, enfocándose en evitar enfermedades antes de que se manifiesten. Dispositivos discretos, como relojes inteligentes o parches cutáneos, monitorizarán en tiempo real parámetros como la presión arterial, glucosa y ritmo cardíaco, enviando la información al médico sin intervención del paciente. Actualmente, estudios de las universidades de Aalto, Stanford y Texas A&M indican que los smartwatches pueden detectar infecciones antes de la aparición de síntomas, lo que podría prevenir futuras pandemias.

Para contratiempos como la hipertensión o el riesgo de infarto, los tratamientos serán más precisos. En lugar de una dosis fija diaria, sistemas ajustarán la medicación según el estado diario del paciente, liberando el fármaco a través de parches cutáneos. Aunque no se encontraron ejemplos específicos de sistemas de dosificación ajustable en tiempo real, la tendencia actual en medicina personalizada sugiere que tales tecnologías podrían estar en desarrollo y estar disponibles en las próximas dos décadas.

Un paciente lleva un parche, casi invisible, que monitoriza constantemente sus signos vitales y un reloj con datos en tiempo real: frecuencia cardíaca, presión arterial, niveles de glucosa, patrones de sueño.

El desgaste óseo y articular, común en la vejez, se abordará con terapias regenerativas más efectivas que las actuales. Ya es común el uso de inyecciones de células madre para regenerar cartílago y fortalecer huesos. La Fundación García Cugat, desde 2010, investiga terapias con células madre para tratar lesiones de ligamentos y cartílago, aplicando estos tratamientos en animales con idea de trasladar su uso a los humanos.

Además, el Dr. Shimon Slavin ha sido pionero en el uso de células madre mesenquimales para la reparación de cartílago y formación de nuevo hueso. Mientras que las prótesis avanzarán gracias a la impresión 3D, permitiendo diseños personalizados que reducen el dolor y aceleran la recuperación postoperatoria.

Se espera que los análisis genéticos sean aún más precisos y accesibles en las próximas décadas. Esto permitiría predecir con mayor exactitud el riesgo de enfermedades como el Alzheimer, el cáncer o enfermedades cardíacas. Actualmente se están explorando terapias génicas para prevenir o tratar estas enfermedades, adaptadas al perfil genético individual.

La genética avanzada también afectará a la farmacología: los medicamentos se prescribirán calculando en la respuesta genética de cada persona, optimizando la eficacia y minimizando los efectos secundarios.

Quienes sean ancianos a partir de 2050 podrán disfrutar de importantes avances en la creación de órganos y tejidos en laboratorio para trasplantes, reduciendo la dependencia de los donantes, así como tendrán acceso a terapias celulares para regenerar tejidos dañados por enfermedades o el envejecimiento.

La nanomedicina por llegar no está exento de sorpresas. Podremos empleara nanopartículas para administrar medicamentos de forma precisa a células específicas, minimizando el daño a tejidos sanos, y llevaremos nanosensores para detectar biomarcadores de enfermedades en etapas muy tempranas.

Un laboratorio futurista con un brazo robótico de alta precisión que construye un tejido cardíaco capa por capa utilizando bioimpresoras 3D.

¿Llevaremos ropa con airbags?

Las caídas seguirán siendo uno de los grandes peligros en la tercera edad, pero para prevenirlas se implementarán mejoras en el entorno y dispositivos inteligentes de acompañamiento y alerta. En estos momentos las diferentes tecnologías de geolocalización ya se están utilizando para monitorear a personas mayores con problemas de memoria o desorientación, y la idea es que los sistemas se vayan haciendo más sofisticados y complejos. Además, se están desarrollando prendas con airbags en las caderas que se activan al detectar una caída inminente, aunque su uso generalizado aún está en fase de investigación.

El deterioro cognitivo seguirá siendo un desafío, pero la ciencia habrá encontrado formas de ralentizarlo. No sabemos si llegaremos a contar con electrodos implantados en el cerebro en 2060, pero sí tendremos terapias de estimulación cerebral a través de sonidos, luces y ejercicios específicos para mantener la memoria activa. Los medicamentos contra el Alzheimer y otras demencias no serán curas definitivas, pero sí tratamientos cada vez más efectivos para retrasar sus efectos y mejorar la calidad de vida de quienes lo padezcan.

Los médicos seguirán siendo necesarios, pero estarán menos presentes en tu día a día porque su trabajo será más preventivo que reactivo. No visitarás presencialmente el hospital o la consulta como ahora, porque tu historial de salud se actualizará automáticamente a través de dispositivos conectados. Y lo mejor: si algo empieza a ir mal, recibirás un aviso para acudir a revisión antes de que el problema se agrave. Espera encontrar nuevas consultas virtuales muy sofisticadas, diagnósticos asistidos por IA y seguimiento remoto de enfermedades crónicas, así como robots de telepresencia para visitas médicas en el hogar.

Una visualización microscópica del torrente sanguíneo, donde enjambres de nanorobots liberan fármacos de forma precisa a células cancerosas.

La IA que se investiga hoy será realidad mañana

En Estados Unidos, investigadores del Hospital Mount Sinai en Nueva York están utilizando inteligencia artificial para analizar patrones de sueño que podrían ser indicadores tempranos de demencia o Parkinson. Han desarrollado un algoritmo que evalúa grabaciones de pruebas de sueño para mejorar el diagnóstico del trastorno de conducta del sueño REM (RBD), asociado con estas enfermedades neurodegenerativas. Esta herramienta podría ayudar a evaluar riesgos y personalizar tratamientos para pacientes de la tercera edad. Por su parte, investigadores de Stanford están trabajando en algoritmos de IA que pueden analizar grandes cantidades de datos médicos para predecir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.

Científicos chinos están desarrollando robots humanoides equipados con inteligencia artificial para atender a la creciente población de personas mayores. Estos robots están diseñados para proporcionar compañía, monitorear la salud y asistir en tareas domésticas, abordando la escasez de cuidadores humanos y mejorando el bienestar de los ancianos. Algunas de las ideas que se están desarrollando en Chinan, más que mejorar lo presente, rozan lo macabro: en Wuhan, por ejemplo, se están implementando técnicas de reconocimiento y modelado facial en 3D para personalizar los robots y hacer que se asemejen a los familiares de los ancianos.

El MIT AgeLab se dedica al estudio de cómo la tecnología puede mejorar la vida de las personas mayores. Investigan en áreas como la robótica social, sensores para el hogar inteligente y sistemas de IA para monitorizar la salud. Están desarrollando prototipos de robots que pueden asistir a los ancianos en tareas cotidianas, así como sistemas de IA que pueden detectar patrones de comportamiento inusuales que podrían indicar problemas de salud.

Además, la Universidad de Waterloo ha desarrollado un asistente virtual con IA para brindar apoyo emocional a ancianos con Alzheimer. Este asistente ayuda en tareas diarias y se adapta al estado de ánimo y personalidad del paciente, combinando IA con modelos psicológicos sociales para ofrecer una atención personalizada en cada momento.

Una persona mayor conversa con un asistente virtual holográfico mientras la IA procesa y analiza el habla para detectar signos de deterioro cognitivo.

En 2060, la vejez seguirá existiendo con sus achaques, pero será más llevadera. No vivirás eternamente ni con un cuerpo perfecto, pero la medicina habrá logrado que los últimos años sean más cómodos, con menos dolor y menos dependencia. Cuando llegue el final, lo hará con menos sufrimiento y sin la sensación de que la vida se apaga entre hospitales y tratamientos inútiles. La tendencia será poder elegir si deseas morir en casa rodeado de los tuyos, recibiendo las mismas atenciones hospitalarias de hoy en cualquier centro médico, pero mucho más sofisticadas y eficaces.