La ciencia demuestra que las canciones de tu vida modifican tus recuerdos del ayer
Seguro que alguna vez te ha pasado: suena una canción y, de repente, estás de vuelta en aquel viaje inolvidable, en tu primer baile o en ese verano eterno. La música tiene ese poder, pero, ¿cómo te quedas si te dijera que no solo puede traerte recuerdos, sino también modificarlos?
Un equipo de investigadores de la Universidad Tecnológica de Georgia, liderado por el psicólogo Thackery Brown y expertos en música de la Universidad de Colorado Boulder, ha descubierto algo fascinante: la música no solo evoca recuerdos, también puede alterar la forma en que los percibimos emocionalmente. “La música actúa como un anzuelo emocional, entrelazándose con los recuerdos y cambiando sutilmente su tono emocional”, explican en su estudio publicado recientemente.
¿Cómo lo hicieron?
El experimento fue simple pero revelador. Durante tres días, los participantes memorizaron historias neutrales y luego las recordaron mientras escuchaban música positiva, negativa o en silencio. Al día siguiente, sin música, volvieron a relatar esas historias. ¿El resultado? Las historias originalmente neutras, al ser recordadas con música emotiva, se cargaron de elementos emocionales que coincidían con el tono de la música.
Por ejemplo, si una historia neutral se recordaba con música alegre, se volvía más positiva en la mente de los participantes. Y no solo lo dijeron ellos: los escáneres cerebrales (fMRI) mostraron mayor actividad en la amígdala y el hipocampo, áreas clave para procesar emociones y recuerdos. “Es como cuando una banda sonora transforma una escena de película”, apunta el estudio, pero aplicado a tus propios recuerdos.
El cerebro en concierto
Durante el experimento, también se observó cómo estas áreas del cerebro interactúan con las responsables del procesamiento visual. Esto sugiere que la música podría influir en los detalles emocionales que imaginamos al recordar una escena o historia. Piénsalo: esa canción que asocias con una fiesta quizá también esté moldeando los colores y las risas que recuerdas.
Las implicaciones son enormes, sobre todo en la salud mental. En condiciones como la depresión o el TEPT, donde los recuerdos negativos suelen ser abrumadores, la música podría ser una herramienta para “remezclar” esos recuerdos y suavizar su impacto. “Escuchar música cuidadosamente seleccionada podría ayudar a resignificar recuerdos dolorosos y reducir su carga emocional”, sugieren los investigadores.
Más Allá del Consultorio
No todo es clínica. En el día a día, esto también nos invita a reflexionar sobre las bandas sonoras de nuestras vidas. Tus playlists favoritas podrían estar coloreando no solo tu estado de ánimo actual, sino también los recuerdos que te llevarás al futuro. Esa playlist que pones mientras cocinas, conduces o haces ejercicio podría estar impregnando esos momentos de emociones que recordarás años después.
Así que la próxima vez que le des al play, piénsalo dos veces. Quizá esa canción no solo esté alegrándote el día, sino también reescribiendo cómo recordarás este momento dentro de diez años. Como dicen los investigadores, “las memorias, al igual que tus canciones favoritas, pueden ser remezcladas y remasterizadas por la música”.
Una razón más para cuidar tu banda sonora. En Popes80, ya lo sabes, te ayudamos a diario en esta tarea.
