La histeria por miles de avistamientos de drones en Nueva Jersey: ¿hay razones para la histeria?
¡Bendito sea Nueva Jersey! A nadie le gustan las moscas cuando se acumulan a tu alrededor, vuelan tan cerca de tu cabeza que podrías confundirlas con el vuelo rasante de un Sikorsky UH-60 Black Hawk de la Marina de los Estados Unidos, y desafían tu paciencia mientras tratas de releer las esquelas del día. Y los drones son, eso, asquerosas moscas. A esta hora, al anochecer de cada día, los vecinos del condado de Burlington, en Nueva Jersey, están viendo una sopa de drones sobrevolando instalaciones eléctricas y tienen muy poco aspecto de ser señoras voladoras llegando tarde a misa.
Ese estado olvidado que tantos consideran solo como la enorme rotonda de Nueva York y Filadelfia tiene un problema, o mejor, dos: en las últimas semanas se han registrado hasta 5.000 denuncias de drones misteriosos y las autoridades del Gobierno de Biden aseguran que no hay de qué preocuparse (tal vez mientras bajan al búnker cargados de whisky, hamburguesas y cartas).
¡Drones furtivos. Drones que aparecen en la noche, zumbando como enjambres metálicos de abejas con problemas de actitud. El secretismo de la administración solo está incentivando la histeria.
El inicio del desmadre
Todo empezó con informes extraños. Varias noches consecutivas, grupos de drones comenzaron a aparecer sobre instalaciones eléctricas en Nueva Jersey, que es la típica ubicación a donde no pedirías un tres por uno a una pizzería de envíos con drones. La paranoia creció más rápido que un video de gatos en TikTok con música hecha por IA como fondo. Las teorías empezaron a volar (más rápido que los drones mismos): desde terroristas preparando un ataque hasta espías chinos tomando fotos de subestaciones eléctricas (como si no hubiera mejores cosas que fotografiar en Jersey, como su icónico olor a gasolina). Otros sospecharon que podría tratarse de extraterrestres, aunque honestamente, si yo fuera un alienígena con capacidad de viajar a través del tiempo y el espacio, también evitaría Manhattan y haría parada en una zona de menos tráfico.
Pero… ¿y si fuera una bomba sucia?
Aquí es donde entra el pánico nivel Hollywood. O peor aún: la sospecha real.
Las palabras «‘bomba sucia»‘ tienen el poder de convertir incluso al optimista más irredento en un superviviente digno de un reality de Discovery Channel. No es que la idea sea absurda. Después de todo, una bomba sucia (un artefacto que dispersa material radiactivo sin necesidad de un hongo atómico) es el tipo de cosa que aparece en cualquier brainstorming terrorista que se precie. Y claro, tener drones sobre instalaciones críticas hace que los más paranoicos empiecen a pensar en Chernóbil 2.0, pero con los Bada Bing Boys de Los Soprano como protagonistas.
Por suerte, aquí es donde entra la ciencia pretende aguarnos nuestra terrorífica y estremecedora historia periodística. Según expertos aburridos que llevan bata blanca, gafas gordas, y trabajan con muchas gráficas (los que acertaron en la pandem… oh wait!), lo peor que haría una bomba sucia es cerrar una manzana de la ciudad durante unas semanas mientras un tipo con traje NBQ (alude a Nuclear, Biológico, Químico, o sea, el dress code perfecto para entrar en un kebab) limpia la zona con un recogedor y una aspiradora industrial. Algo así como tener que fumigar termitas, pero con más prensa y menos cucarachas.
Entonces, ¿quién es el culpable?
Si no son rusos (confiemos), ni chinos (esperemos), ni una invasión extraterrestre (no caerá esa breva), ¿quién demonios tiene tiempo libre para pilotar drones sobre subestaciones eléctricas en Nueva Jersey a plena luz de luna?
La teoría más plausible, y también la menos sexy, y la que el Gobierno repite una y otra vez es que se trata de entusiastas de los drones o, peor aún, alguna empresa realizando estudios industriales.
En una declaración escrita por todas las instituciones gordas de Estados Unidos, es decir por el Departamento de Seguridad Nacional, el FBI, la Administración Federal de Aviación, el Departamento de Defensa, y McDonalds, aseguran que no hay nada anómalo en la ensalada de drones que danza sobre Nueva Jersey cada noche desde hace semanas: «Después de examinar detenidamente los datos técnicos y las consultas de los ciudadanos preocupados, evaluamos que los avistamientos hasta la fecha incluyen una combinación de drones comerciales legales, drones de aficionados y drones policiales, así como aeronaves tripuladas de ala fija, helicópteros y estrellas reportadas erróneamente como drones», dijeron, en algo que podría traducirse al lenguaje tuitero por un texto mas breve: «los drones son culpa de que la gente es gilipollas».
Según un informe de National Review, la preocupación por una amenaza nuclear, como una «bomba sucia», en eventos como los avistamientos de drones en Nueva Jersey es algo exagerada. Aunque los drones podrían ser una vía para el transporte de materiales radiactivos, las probabilidades de que se utilicen para crear una bomba sucia son bajas debido a la complejidad técnica y los riesgos involucrados en manipular materiales radiactivos. Además, las autoridades tienen controles estrictos para evitar que estos materiales sean robados o utilizados con fines maliciosos. No obstante, nosotros no estamos todavía convencidos (y tú tampoco). «Si realmente hubiera una bomba nuclear o sucia en tiempo real en algún lugar del área de Nueva Jersey, se vería mucha actividad gubernamental y policial las 24 horas del día, no sólo en los cielos por la noche», añade el autor del informe.
¿Sinceramente? Brillante, pero excesivamente confiado en la competencia de las administraciones públicas.
Moral de la historia: ¡No cunda el pánico!
Por su parte, el presidente electo Trump ha instado a la administración Biden a dejar de jugar al célebre dónde-está-la-bolita con la opinión pública y enseñar todas las cartas de una vez. En su rueda de prensa de ayer, señaló: «El gobierno sabe lo que está pasando. Mire, nuestros militares saben de dónde despegaron. Si es un garaje, pueden entrar directamente en ese garaje. Saben de dónde vino y adónde fue, y por alguna razón no quieren hacer comentarios. Y creo que sería mejor que dijeran lo que es».
«Nuestros militares lo saben y nuestro presidente lo sabe, y por alguna razón quieren mantener a la gente en suspenso», añadió el vencedor de las últimas elecciones en Estados Unidos, «no puedo imaginar que sea el enemigo porque si fuera el enemigo, lo harían estallar. Incluso si llegaran tarde, lo harían estallar. Algo extraño está sucediendo. Por alguna razón no quieren decírselo a la gente y deberían hacerlo porque la gente está realmente… Quiero decir, resulta que están en Bedminster y quieren saber la verdad».
En definitiva, si ves un enjambre de drones, no te tires al suelo gritando. Probablemente no estés a punto de morir en un ataque radiactivo. Tal vez te sea más útil sacar un matamoscas, pero ten cuidado. En las últimas horas el FBI ha lanzado un comunicado urgente pidiendo a los habitantes de la zona que dejen de intentar abatir los drones, porque podría tratarse de aviones tripulados, que es otra forma educada de decirle a los ciudadanos, de nuevo, que son un poquito gilipollas.
¿Serán los drones un preludio de una conspiración global? Poco probable. Lo más seguro es que solo sean tipos aburridos jugando con juguetes caros o trabajadores haciendo inspecciones que nadie entendió. Y si estás observando el fenómeno desde tu cómodo asiento en Madrid, en Valencia, en Buenos Aires, o en Miami, procura no partirte de risa. Esta es la típica cosa que sucede una vez, porque a partir de ahora va a suceder muchas más veces. De hecho, no quiero dejarte sin dormir, pero ya podría estar pasando en tu vecindario. ¿Te has asomado a la ventana alguna de estas noches? ¡Saluda al yihadista!