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Popes80 | 18 enero, 2025

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¿Qué demonios está pasando en Corea del Sur?

¿Qué demonios está pasando en Corea del Sur?
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El país de los K-dramas, la tecnología y las sopas picantes, está viviendo una crisis política que ha saltado a los informativos de todo el mundo, incluyendo todos aquellos lugares donde nadie sabe ubicar en el mapamundi a Corea del Sur.

Todo empezó el 3 de diciembre de 2024 cuando el presidente Yoon Suk Yeol, en un giro inesperado de los acontecimientos, decidió declarar la ley marcial (ley marcial es cuando el gobierno decide que la democracia necesita vacaciones y llama a los militares para hacer de niñeras. En resumen, un toque de queda con botas brillantes y mal humor).

El argumento de Yoon para justificar la medida fue que el país estaba en peligro por “elementos antiestatales”. El presidente pensó que los surcoreanos estaban demasiado revolucionados para su gusto, así que decidió mandar al ejército a tomar el control y frenar el caos. Pero, ¿estaban tan revolucionados? Un poco. Había protestas masivas contra el gobierno, huelgas, y un ambiente de tensión política que hacía parecer que todo iba a explotar. En pocas palabras, la gente estaba harta, hacía demasiado ruido y empezaba a organizarse, lo que a Yoon le sonaba demasiado peligroso para sus intereses.

¿Por qué ley marcial?

Si nos ponemos en la mente de Yoon, la ley marcial era la única solución para evitar una supuesta “desestabilización” interna. Si bien nunca dio detalles claros, el clima político estaba caliente: protestas por reformas impopulares, críticas a su manejo de la economía, y rumores de que Corea del Norte podría estar detrás de alguna maniobra de desinformación. El presidente pensaba que un toque militar podría poner orden en esa jaula de gatos, de modo que decidió darle al botón de pánico antes de que las cosas se le fueran de las manos.

¡Rechazo en tiempo récord!

Lo que Yoon no esperaba era que, mientras él intentaba parecer el héroe salvador, el Parlamento le cortara el rollo. La Asamblea Nacional rechazó su decreto porque a fin de cuentas se trata de un país donde la democracia no es solo un concepto, sino casi una religión. Tras la tentativa autoritaria, en menos de 24 horas, el Parlamento surcoreano le dio anuló la jugada del presidente. Fue un rechazo tan rápido que probablemente Yoon todavía se esté preguntando cómo le pasó. En un acto de pura democracia, 190 de los 300 diputados dijeron un rotundo “no” a la ley marcial.

Afortunadamente para los surcoreanos, Yoon no pudo hacer nada para retener el poder del ejército, porque la Constitución del país está claramente diseñada para evitar que una sola persona se convierta en un algo parecido a un dictador.

El futuro político de Yoon: ¿Sobrevivirá al golpe?

Después de su derrota política, Yoon se enfrenta ahora a la oposición con la misión de sobrevivir en su cargo. Aunque la ley marcial fue revocada, el daño ya está hecho, y cuando una tentativa golpista fracasa, la gente tiende a guardar cierto rencor contra el protagonista.

Los partidos de la oposición, liderados por el Partido Democrático, han empezado a ganar terreno y han propuesto una moción de destitución. Y si pensabas que la política surcoreana se resolvía entre cafés y reuniones en sillas cómodas, estás muy equivocado. En la misma semana en que Yoon intentó desplegar el ejército por las calles, su ministro de Defensa presentó su dimisión tras la presión política que vino con esta crisis. A lo largo de todo este proceso, varios funcionarios y asesores del gobierno también han dimitido, pidiendo perdón públicamente por la dirección errada de Yoon en los últimos días.

Ahora, Yoon se enfrenta a la compleja tarea de reformar su gobierno (y su imagen). Los surcoreanos, conocidos por su capacidad para movilizarse en masa, se han echado a las calles en protestas y huelgas, exigiendo cambios reales. Sin mencionar que la economía también ha recibido un golpe fuerte, lo que hace que el panorama político y social de Corea del Sur esté tan agitado como un gallinero en el que acaban de soltar un zorro con patines.

La amenaza de Corea del Norte

Mientras todo esto sucedía, el gobierno de Yoon también tuvo que lidiar con Corea del Norte. Con la retórica a la alza y el creciente nerviosismo por la postura de Yoon ante sus vecinos del norte, algunos temen que el líder surcoreano haya decidido llevar la política exterior a un terreno más volátil. A pesar de que las relaciones entre ambas Coreas están lejos de ser ideales, este tipo de movimientos no hacen más que aumentar las tensiones en la región, especialmente con el trasfondo de un creciente acercamiento entre Rusia y Corea del Norte.

En resumen, lo que comenzó como una jugada desesperada por parte de Yoon para recuperar el control, terminó siendo un boomerang político de dimensiones impredecibles. Pero la gran pregunta sigue en el aire: ¿puede Yoon sobreponerse a la presión interna y externa, o es solo cuestión de tiempo antes de que los surcoreanos lo pongan en la cuerda floja? A esta hora, nadie tiene la respuesta todavía, la música debe continuar.