Músico, prepárate: la IA podría dejarte sin trabajo en 2030, y así es como puedes defenderte
La inteligencia artificial (IA) generativa está transformando la música a una velocidad abrumadora. Según el informe CISAC/PMP Strategy AI Study, la irrupción de la IA en la creación musical y audiovisual podría reducir los ingresos de la industria en más del 20% para el año 2028. Esta tecnología, aunque promete mejorar muchos aspectos de nuestra vida y trabajos, plantea desafíos profundos, desde la sustitución de empleos creativos hasta la falta de compensación justa para los artistas cuyos trabajos son utilizados sin permiso como base, inspiración, o aprendizaje de máquinas.
De hecho, organizaciones como CISAC señalan que muchas herramientas de IA se entrenan con enormes volúmenes de obras protegidas por derechos de autor, a menudo sin autorización, lo que deja a los creadores desprotegidos y a la industria en una situación de incertidumbre, por tratarse de algo completamente desconocido.
Playlists sin músicos: ¿el fin de la música funcional humana?
El estudio también destaca el uso creciente de canciones generadas por IA en playlists funcionales —esas diseñadas para actividades como estudiar o relajarse—. Esto permite a plataformas como Spotify ahorrar en regalías al usar música sin derechos, desplazando así a músicos que antes dependían de estos ingresos. La IA, aunque eficiente, está convirtiendo la música en un producto de bajo coste, sacrificando la esencia humana que hace única a cada creación.
No deja de resultar aterrador la lenta deshumanización de una industria cuya materia prima es algo puramente humano: la creatividad, el sentimiento, la cultura, la inspiración.
Licencias y derechos en peligro: el dilema ético y legal
CISAC subraya la urgencia de desarrollar marcos legales claros para regular el uso de la IA en la música. Según su presidente Björn Ulvaeus, la clave es garantizar que los artistas puedan autorizar el uso de sus obras y recibir una compensación justa. La organización aboga por que las leyes incluyan principios como la transparencia en el uso de datos creativos y la trazabilidad de las obras generadas por IA.
Además, el informe destaca la necesidad de prohibir excepciones legales que permitan a los sistemas de IA explotar obras protegidas bajo el pretexto de “investigación”. Esta práctica, según CISAC, no solo socava los derechos de los creadores, sino que también plantea riesgos para la sostenibilidad de las industrias culturales.
Aunque los riesgos son claros, la IA también podría actuar como un aliado para los músicos, ayudándolos en tareas técnicas o ampliando sus capacidades creativas; como en cualquier otra explosión tecnológica, nadie duda de los beneficios que sin duda aportará, no exentos de riesgos. Muchos artistas de nuestro pop español vivieron el cambio de siglo y la transformación de la industria discográfica que Internet trajo desde el brazo. Los beneficios de lo digital son muy claros y de ellos se aprovechan también artistas y bandas, pero la devaluación radical de la industria discográfica, hasta casi su desaparición, al menos tal y como la conocíamos, es también un hecho.
Aprovecharse de la IA en el ámbito profesional del músico solo será posible si se regula adecuadamente su uso. CISAC insiste en que la IA debe ser considerada una herramienta al servicio de la creatividad humana, no un sustituto de esta. Sin embargo, CISAC lucha contra en esto contra un gigante intangible y arrollador.
La necesidad de proteger la música
La IA está reconfigurando el panorama musical, ofreciendo oportunidades pero también amenazas significativas. Para evitar que los creadores queden relegados a un segundo plano, es esencial que la regulación avance al ritmo de la tecnología. Como señaló Björn Ulvaeus, proteger los derechos de los artistas no solo es un acto de justicia, sino también una garantía para el futuro de la cultura.
Según el informe de CISAC y PMP Strategy, el uso generalizado de herramientas de IA en la producción audiovisual podría hacer que los creadores pierdan hasta un 21% de sus ingresos en 2028, lo que representa una pérdida de 12.000 millones de euros en los próximos 5 años y una caída anual de 4.500 millones de euros en el año señalado.
Además, se proyecta que los servicios de inteligencia artificial generen un crecimiento exponencial de ingresos en el sector, alcanzando los 5.000 millones de euros en 2028, con un total acumulado de 13.000 millones de euros durante los próximos cinco años.
¿Qué podemos hacer para evitar la ruina de los músicos?
Como señalábamos, la creciente utilización de IA está generando ingresos multimillonarios para los proveedores de servicios tecnológicos, pero a menudo a expensas de los creadores de contenido. Los modelos de IA de última generación, como los utilizados para generar música, películas o cualquier otra forma de arte digital, dependen de vastos volúmenes de contenido protegido por derechos de autor para entrenar sus algoritmos. Sin embargo, estos servicios se benefician de este contenido sin el consentimiento de los artistas y sin compensarlos por el uso de su trabajo. Este proceso ha dado lugar a lo que se ha denominado una nueva «transferencia de valor», donde los ingresos de los creadores se desvían hacia las empresas tecnológicas, sin una retribución justa.
En este contexto, CISAC hace un llamamiento urgente a los responsables políticos para que implementen un marco jurídico y reglamentario claro que garantice un comportamiento ético de los operadores de IA. Este marco debería incluir el respeto a los derechos de autor y asegurar que los creadores reciban una remuneración adecuada por el uso de sus obras. Por otra parte, se destaca la necesidad de implementar obligaciones de transparencia, tal como las contempladas en la Ley de IA de la UE, que exigen que los operadores de IA informen a los creadores sobre cómo se utilizan sus obras. Solo con esta transparencia será posible que los creadores y las organizaciones de gestión puedan hacer valer sus derechos de forma eficaz.
A pesar de las dificultades, los titulares de derechos y las organizaciones de gestión tienen una larga trayectoria de adaptación a nuevas tecnologías. Actualmente, están trabajando en soluciones innovadoras que permiten a los proveedores de IA acceder a amplios repertorios de obras de forma ética y legal, sin infringir los derechos de autor al entrenar sus modelos. Estas soluciones personalizadas podrían garantizar que las empresas tecnológicas no se apropien indebidamente del trabajo de los artistas.
La implementación de estas soluciones aún está lejos de ser perfecta. Aunque algunos creadores podrían beneficiarse de la IA, es fundamental que todos reciban una compensación justa por el uso de su trabajo. La falta de una compensación adecuada podría afectar gravemente a la diversidad cultural, disminuyendo la calidad del contenido creativo disponible en el mercado. La situación actual no solo amenaza los ingresos de los artistas, sino que también pone en riesgo la riqueza cultural que la creatividad humana aporta al mundo.
Mientras la IA continúa su avance, es crucial que los creadores se involucren en las discusiones sobre su uso y que, en colaboración con las plataformas tecnológicas, se aseguren de que su trabajo sea reconocido y remunerado adecuadamente para que la tecnología sea un instrumento creativo y no se convierta solo en el verdugo de nuestros mejores artistas.