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Popes80 | 18 octubre, 2024

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El síndrome Pimpinela

El síndrome Pimpinela
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De todos es sabido que el desamor (y/o ruptura sentimental) es un motor creativo capital dentro del arte en general y la música popular en particular; testimonio de esta afirmación pueden dar ‘Blood on the tracks’ de Bob Dylan, ‘Honestidad brutal’ de Andrés Calamaro y ‘Flamingos’ de Enrique Bunbury, de entre otros muchos discos que vieron la luz tras dolorosas rupturas sentimentales de sus autores. Normalmente el oyente solo conoce la parte de la historia que la voz del otro lado del altavoz le cuenta, es una visión de los hechos descaradamente subjetiva. No obstante en ocasiones “especiales” la pareja que se va al traste está compuesta por dos músicos, los cuales publican discos transcurrido un tiempo; de esta manera el oyente inquieto obtiene las dos versiones de la historia acercándose de esta manera a la realidad en la que están basadas. Se podría recurrir al dicho “desde que se inventó la pólvora (o las canciones en este caso) las fuerzas se igualaron”.

Con la publicación de los discos de Christina Rosenvinge (‘La joven Dolores’) y de Nacho Vegas (‘La zona sucia’) este fenómeno al que podemos bautizar como síndrome pimpinela saltó de nuevo a la palestra; no obstante, capítulos anteriores tuvieron lugar entre Quique González Rebeca Jiménez o entre Jorge Drexler Ana Laan. Paso a analizar los citados casos realizando una interpretación personal de las letras de algunas sus canciones:

Como ya hemos dicho, el síndrome pimpinela más reciente tiene lugar entre Nacho Vegas que acaba de publicar ‘La zona sucia’ y Christina Rosenvinge autora de ‘La joven Dolores’. En ambos discos existen cortes salidos directamente de las cenizas de la relación que se rompió entre ellos, no obstante en esta historia existen unos precedentes que necesitamos repasar; el primero de ellos data del año 2007, en el cual ambos músicos comenzaron a trabajar juntos en lo que luego sería el mini-álbum en común titulado ‘Verano fatal’ dentro del cual destaca claramente la canción con la que se abre el disco y que lleva por titulo Me he perdido. En la citada composición se puede intuir una cierta cercanía entre ambos gracias a pasajes como el siguiente: “…Y entonces entonaste dulces gritos/ comenzó el más viejo de los ritos/ Fuiste tú, fui yo/ sencillamente fue algo superior…”.

Tras el disco en común ambos volvieron por sus fueros en 2008 con trabajos por separado (Nacho publicó ‘El manifiesto desastre’ y Christina ‘Tu labio superior’), sin embargo ambos discos recogían colaboraciones entre los dos artistas en las que se jugaba con los rumores sobre la relación existente entre ambos. Dentro del disco de Nacho Vegas surgió una colaboración de Christina Rosenvinge en el corte titulado Lole y Bolan (un amor teórico), con versos como los siguientes:”…Ay que no, que sí, /ay que sí, que no/ que tú a mí no me quieres, niña/ como te quiero yo, oh, no/ En teoría sé que te amaré toda la vida/ y cada día se hará fuerte mi fe/ Lo juro siempre te querré, en teoría/…” a buen entendedor pocas palabras bastan. Además, dentro del trabajo de Christina podemos descubrir otro capitulo de este juego en la colaboración de Nacho en la canción que lleva por titulo La distancia adecuada la cual reza de la siguiente manera: “…Tal vez no debí dejar/ que jugaras con mi falda/ que difícil es guardar/ la distancia adecuada/…” lo cierto es que no son mensajes muy encriptados.

Conocidos los antecedentes encontramos que de las cenizas de la relación sentimental rota brotan dos excelentes discos; Nacho Vegas dedica el grueso de las canciones de su último álbum ‘La zona sucia’ a este capítulo de su vida, entre ellas La gran broma final, en la que el músico asturiano recapitula los últimos coletazos de la relación (“…Yo me limitaba a contemplar/ La misma grieta de la pared/ Alguien dijo «habrá que demoler»/ No sé cómo no lo vi llegar/ Era el día de la gran broma final/…”) y Taberneros una enorme canción de amor desesperado después de la ruptura (“…Hoy soñé que te tenía/ otra vez entre mis brazos/ De saber que no era más que un sueño/ no me habría despertado/ Así que si hoy amaneces/ y los pies te están doliendo/ es porque estuviste toda la noche/ caminando por mis sueños/…”).

Christina Rosenvinge utiliza el derecho a replica de manera moderada, ya que este tema tiene menos predominancia en ‘La joven Dolores’, no obstante podemos apreciar que Weekend (“…lo llaman ruptura, pero es desgarro/ adoro tus encantos/ pero me voy de aquí/ el abismo es un lujo/ que no me puedo permitir/ sé que echaré de menos/ cada milímetro de ti/ tú y yo nos entendemos/ siempre será así/…”) y La idiota en mi mayor (“…La canción que me aprendí para ti era ésta/ La última vez que te vi pude recordar/ empieza y acaba en mí y dice aquí en la letra/ que no podrás vivir sin mí ¡qué fatalidad!/…”) entran en una especie de juego de replica y contrarreplica con las canciones de La zona sucia.

Ambos artistas afirman que se trata de un juego en el cual el sentido del humor es el protagonista principal, y la verdad es que no hay pruebas que contradigan tal cosa, tanto es así que Christina asistió recientemente a un concierto de presentación del disco del asturiano.

Quique González Rebeca Jiménez también parecieron contagiados de este tipo de “síndrome”, ya que tras mantener una relación sentimental ambos dieron testimonio de su ruptura con dos discos, ‘Avería y Redención’ publicado en 2007 por Quique Gonzalez y ‘Todo llegará’ de Rebeca Jiménez, que vio la luz en 2009. En esta ocasión el efecto no fue tan impactante como en el caso de Nacho Vegas y Christina Rosenvinge debido al tiempo que medió entre la publicación de ambas obras; Quique tomó la delantera, tal vez debido a las dificultades de Rebeca por tratarse de su disco debut (nuevo proyecto, sus proyectos anteriores tuvieron poca repercusión).

Como es evidente estos hechos tuvieron unos precedentes cuyo conocimiento es necesario para obtener una visión amplia; estos tuvieron lugar con ‘La noche americana”, disco de Quique Gonzalez en el que traslucía la buena salud sentimental de la pareja en ese momento mediante algunas de las canciones; un buen ejemplo es el corte titulado Se equivocaban contigo en el que se pueden escuchar versos tales como: “…Todos decían que volverías a las andadas/ todos decían que tú te irías/ no lo tenían tan claro/ se equivocaban de largo/ …/ y tú sabias que aquella chica quería trato/ y tú sabias que la querías/…”. Además, la pareja llevó a cabo algunas colaboraciones, fe de ello dan las grabaciones a dúo de Calles de Madrid y De haberlo sabido; la primera de ellas se puede considerar una rareza ya que no está incluida en ninguno de los discos publicados oficialmente por el artista madrileño, no obstante en el DVD de su disco en directo Ajuste de cuentas podemos disfrutar de la interpretación a dúo por parte de Quique González y Rebeca Jiménez del tema del primero De haberlo sabido(cuya letra es toda una premonición de lo que sucedería después).

Una vez rota la relación, ambos músicos dieron su versión de los hechos; en ‘Avería y Redención’ de Quique González existen varias canciones que tratan (de manera directa o indirecta) el tema, no obstante la más clara es la que lleva por título Nos invaden los rusos cuya letra reza: “…Ya se cómo les vas a mentir/ conozco tu estrategia/ quieren oír lo que quieres decir/ y acabas dándole la vuelta/ Cuántas veces más nos buscaríamos la vida/ queriéndonos lamernos las heridas/ Ya se cómo te vas a sentir/ lo tengo en mi cabeza/ me gustaba escuchar tus canciones/ detrás de la puerta/ Ya saben que no voy a volver/ estaban en lo cierto/ cuando me viste sacando mis trastos/ supiste que ya era imposible/…”.

Todo llegará de Rebeca Jiménez contribuye a constituir el otro punto de vista de la historia, ya que una gran parte del álbum tiene como tema la ruptura sentimental; tal vez el corte titulado <>Me emborraché por ti sea el más explicito de todos: “…Me emborraché por ti/ y todos me contaron/ que te vieron triste/ No soy capaz de hablar/ no cabe en una noche/ lo que yo te quise/ Las cosas cambian/ la vida mancha/ cambiando el color/ Anoche me bebí/ un litro de mi vida/ para ver tus fotos/…”

El ganador de un Oscar y un Goya, Jorge Drexler tampoco se queda al margen de este tipo de episodios en su vida, el músico uruguayo estuvo casado hasta 2005 con la cantautora Ana Laan para después conocer a su pareja actual, la cantante del grupo MarlangoLeonor Watling. Ambos “movimientos sentimentales” quedaron reflejados en el disco ’12 segundos de oscuridad’. Por un lado existen un par de canciones en las que se asoma a una nueva relación (Inoportuna y Quien quiera que seas), mientras que la otra vertiente temática trata sobre la reciente ruptura de su matrimonio, siendo el tema más representativo el titulado como “la vida es más compleja de lo que parece”, que reza de la siguiente manera: “…Pensaste que me iba a quebrar/ y subiste tu apuesta/ me hiciste sentir el sabor/ de mi propia cocina/ Volví a creer que se tiene/ lo que se merece/ la vida es más compleja/ de lo que parece/…/No quiero que lleves de mi nada que no te marque/ El tiempo dirá si al final/ nos valió lo dolido/ Perderme, por lo que yo vi/ te rejuvenece/ la vida es más compleja/ de lo que parece/ Mejor, o peor, cada cual/ seguirá su camino/ Cuánto te quise, quizás/ seguirás sin saberlo/ Lo que dolería por siempre/ ya se desvanece/…”.

Sin embargo tres años antes la relación entre Drexler y Laan gozaba de una salud envidiable, testigo irrefutable de ello es el disco del uruguayo ‘Eco’ (2004); en el cual dedica Fusión a Ana Laan (una enorme canción de amor), además de hacer ésta los coros en la primera canción del disco. Las relaciones humanas son así de complejas y transcurridos unos años la cantante madrileña publicó ‘Chocolate &amp; Roses’, disco que contiene algunos mensajes para su ex pareja tras la ruptura, de entre todos los cortes del disco el más explicito tal vez sea el que lleva por título Ex, algunos de sus versos son los siguientes: “…Intentaste extirparme/ Y ese exilio no fue amable/ Te lloré/ Pero ahí sigo existiendo/ Ni te extraño ni lamento/ Lo que fue/…” ante tal claridad sobra todo tipo de análisis.

Un caso atípico es el protagonizado por Leiva (50% de Pereza) y Alba Molina (componente de Las niñas), los cuales vivieron un idilio del que, en el plano artístico, nació una colaboración publicada en el disco del grupo madrileño ‘Los amigos de los animales’; la pareja cantó a dúo En donde estés con la ayuda del Niño Josele a la guitarra. Una vez truncada la relación el componente de Pereza encontró las gotas de inspiración suficientes para crear grandes canciones como Frágiles (“…Fue para habernos matado/ fue tan difícil soltarnos/ Adiós, adiós, adiós/…”), Tristeza (…Cuando te tengo cerca algo en mi se aleja/ de nuevo esa tristeza que rompe en mi cabeza/…”) y Dos gotas (“…Me asusto y corro a pedir perdón/ me pone malo esta situación/ por que siempre al final algo falla/ nos vino a visitar la cruda realidad/ entró sin llamar/…”) todas incluidas en el disco del dúo madrileño titulado ‘Aproximaciones’. Lo extraño de este caso es que, teniendo Alba Molina el derecho de contestar mediante canciones, no haga uso del derecho a replica, quedando el oyente con las ganas de conocer la versión de los hechos por parte de la cantante.

“Hay mil maneras de contar la misma historia y solo un puñado de ellas se aproximará algo a la verdad” dice Nacho Vegas en una de sus últimas canciones que lleva por nombre Cosas que no hay que contar; curioso título si tenemos en cuenta que es inevitable entrelazar vida y obra, acabando por contarlo todo de una u otra manera. De cualquier modo, de todo esto solo quedan unas enormes canciones de las que el oyente disfrutará sea cual sea su procedencia.

* Reportaje de Francisco Sierra del Archivo Popes80, publicado originariamente el 25/03/11.