Rey Luy: «Sacaré un disco más canalla, más sinvergüenza y gamberro»
¿Cómo te encuentras actualmente?
Dentro de lo que cabe bien pese a las circunstancias actuales a nivel social y de todo.
¿Recuerdas tu primera vez frente a un público?
Sí, tenía catorce años. Fue una actuación en el colegio San Idelfonso de Madrid gracias a la mediación de un compañero de clase de otro centro, yo estaba estudiando audiovisuales por entonces, que me dijo que me pusiera en contacto con el colegio porque querían realizar actividades culturales y entre ellas conciertos. Estamos hablando del año 1979, comienzo de ese resurgir y de esa vitalidad musical. Los temas que interpreté fueron temas de rock and roll clásicos, la muerte de Elvis estaba reciente y estaba muy entusiasmado con esa música.
¿A qué se ha dedicado Raul de Góngora estos últimos años?
Sobre todo, al tema didáctico. Enseñanza de música, producción informática musical, técnica vocal, ortofonía y foniatría para la educación de la voz musical. Y también he estado realizando pequeñas producciones para los propios alumnos.
¿Cómo ves la salud actual del swing y del rockabilly? ¿Elvis ha muerto?
No, ni mucho menos. Pertenece a la iconografía e imaginario social ya mundial, pero queda todo en algo más bien como casi de museo. No hay actividad ni de raíces musicales ni de cultura general. Musicalmente todas las raíces con las connotaciones culturales que llevaba tanto el rock como el pop -recordemos que pop es la abreviatura de música popular que existe prácticamente desde el jazz-, ahora mismo se ha perdido, se ha diluido, es raro que una canción te toque las emociones y te haga llorar o ponerte eufórico. Es raro. De salud musical, en lo que es de forma activa es que no existe prácticamente, y de forma pasiva queda esa iconografía y los interesados que realmente les importa la música siempre pueden recurrir a buscar cosas que les enriquezcan culturalmente o comprando discos sabiendo lo que quieren comprar. La música actualmente no ocupa un primer plano, lo ocupan cosas aledañas a la música o complementos que tienen más que ver con la frivolidad, trivialidad, banalidad y cosas de ese tipo. No hay nada actualmente con fundamento, raíces y arraigo histórico, cultural, etc. que se pueda ir desarrollando. La música como cultura, al igual que pasa con el cine, es un producto de consumo. De entretenimiento, pero sin enriquecimiento.
¿Qué balance harías de tu trayectoria musical y discográfica en los 80 y 90?
El balance, que pese a los inconvenientes y los contratiempos no me puedo quejar. Tengo experiencias muy buenas, siempre se aprende, y al final de la trayectoria discográfica digamos que ortodoxa, tal y como se entendía la trayectoria discográfica por entonces, un poco decepcionado de lo que es la industria. Porque era eso, se quedaba en industria y la música realmente no era algo relevante, era más bien un producto de consumo como pueda serlo cualquier pasatiempo. Se fue perdiendo prácticamente a mediados de los 90 la percepción que yo tenía del enriquecimiento musical en detrimento de cosas más frívolas por llamarlo de alguna forma. Desde ese tiempo a hoy en día ya ha perdido toda la relevancia. La difusión es muy selectiva, la cultura está muy sesgada hasta el punto que se seleccionan cosas sin importancia cultural, emocional, artística. Un producto más de consumo y una dinámica con el que no me identifico desde hace ya muchos años.
Entonces, ¿el balance sería que cualquier tiempo pasado fue mejor?
Los 80 realmente fueron realmente buenos, bastante creativos, éramos inquietos, con ganas y ansía de crear y sentir emociones. Y desde mediados de los 90 hasta nuestra época ha sido un declive de esa importancia, de ese peso emocional de la música. Podíamos haber hecho muchas más cosas y mejor, pero el tiempo sigue su curso y se va empobreciendo lo que antes te estaba enriqueciendo.
En 2020 sacaste 30 años de amistad, ¿qué nos encontramos en él?
Es un disco conmemorativo grabado desde cero, en el que me he ocupado de toda la producción. Consta de diez temas, cinco son versiones -alguna mía- y cinco canciones originales nuevas. Entre las versiones hay una en italiano de Adriano Celentano, Il tuo bacio e´come un rock (Tu beso es como un rock). En cuatro de los temas he contado con la colaboración del grupo Tennessee, que tienen las puertas abiertas para próximas colaboraciones, también cuento con la participación de la orquestación de Greg Adams y en un tema con la voz de una artista argentina muy buena, Carol Dubois. Quise incluir en este disco canciones como Quiero ser como tú y Busca lo más vital, esta última en su día se quedó pendiente de hacer para seguir con el espíritu por el que se fundó la banda.
Ya casi extraña encontrarse un disco aniversario sin invitados, ¿has pensado en grabar un disco con amigos y girar?
Es complicado para ponerse de acuerdo, cada uno tiene su propia dinámica. Me gustaría, clatro que sí y con pocos y buenos amigos. En el caso de Tennessee, por ejemplo, ya tienen sus compromisos y agenda. Con Rafa de Hombres G y unos amigos más hice la formación, algo muy especial y mágico en su día, para la que fue nuestra última gira oficial.
¿En qué proyectos discográficos estás trabajando?
Estoy trabajando en un proyecto de música con canciones populares de los años 40, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, porque, como desde siempre me atrajo el tema actoral, hace un par de años me metí en una asociación de recreaciones históricas de cine bélico que organizan un despliegue considerable patrocinado por el Ministerio de Defensa, y el presidente tras ver mi solicitud me propuso realizar también actuaciones musicales de esa época para recrear la otra cara de la guerra, el ambiente lúdico en tiempos duros y dramáticos. Acepté encantado al ser la música de mis raíces y ya estoy trabajando en un disco. Por otro lado, sacaré un disco que tenía pendiente, más canalla, más sinvergüenza, más gamberro con esa otra parte de mi persona que es muy divertida y que como terapia me sirve de mucho. Seguirá mi línea y estilo musical. Y también quiero sacar un tercero con canciones de Navidad, en el que aprovecharé dos canciones que realicé para otros recopilatorios de navideños con fines benéficos para la Asociación Numen y la Asociación Sanfilippo, y al que añadiré nuevas composiciones.
¿Qué escucha Raúl de Góngora?
Desde la música de los años 30 o anterior hasta la de los 90, figúrate el espectro tan amplio, te lleva toda una vida o varias vidas conocerlo. Sigo escuchando cosas muy alternativas dentro de este mundo como la francesa Tatiana Eva-Marie o el jazz francés. La música que realmente me inspira.