Javier Andreu: «La gente con buen gusto viene a nuestros conciertos»
En diciembre POPES80.COM cumple veinte años y son los mismos veinte que hemos pasado escuchando y hablando de La Frontera. Bienvenido a casa una vez más, Javier. ¿Por qué este disco en solitario, El hombre que salía demasiado, sin La Frontera, ahora? ¿Tiene que ver con el formato acústico que parece imponerse en tiempo de pandemia?
Tiene más que ver con la creatividad. Entre disco y disco de La Frontera, mi función vital es hablar de mí, de mis amores, mis circunstancias. Este es un disco muy personal dedicado a mis padres a mi pareja y a mi hija. Es más que un divertimento. Es componer para mí mismo y no para una marca, como La Frontera. Son más de trece discos y necesito un respiro. Necesito redención…
En los adelantos del disco la continuidad de
sonido y estilo con La Frontera es inconfundible. ¿Hay también una conexión con
tu primer disco en solitario?
No. Éste es un disco más maduro.
Cuando escucho mi primer disco en solitario no me reconozco, aunque sigo
manteniendo mi fervor por el pop y el rock. Soy otra persona. Tengo otra voz.
He cambiado.
Dices que expones en este álbum tu filosofía de vida y, si algo llama la atención desde el principio, es que es un disco que sobre todo parece hablar de ti. Sin duda llama la atención de alguien que triunfó hace décadas con éxitos que hablaban a otros (El límite) o de otros (Juan Antonio Cortés, Judas el miserable, El Capitán Achab).
En el fondo todos esos personajes tienen un trasfondo autobiográfico, sobre todo Juan Antonio Cortes, que soy yo directamente, la tierra donde no se pone el sol es España, etc… En El Capitán Achab recreo, aparte del personaje de Melville, lo que me hubiera gustado ser. El navegante que todos llevamos dentro. En este último disco, el único personaje soy yo, sin máscaras, aunque me encanta verme en el espejo de personajes creados anteriormente.
Hablando de canciones en primera persona. Si no me
fallan los cálculos, se cumplen ahora veinte años de una de las favoritas de
los lectores de Popes80: El hospital del amor, en esa genial versión con
Calamaro. ¡Cómo ha cambiado todo!
Una de mis canciones favoritas.
Para mí fue un privilegio trabajar con Calamaro. Fui uno de sus primeros amigos
que tuvo aquí en España, y se mostró muy solícito en la colaboración. Lo
pasamos muy bien junto a Guille Martín, dentro y fuera del estudio.
Ahora los tiempos de lanzamientos discográficos son muy dilatados. En tu caso, pasará casi un año desde que presentaste el primer single, El hombre que salía demasiado, hasta que finalmente el disco llegue a las tiendas en febrero. ¿Cuál es la razón de esta larga espera?
El coronavirus de marras y la imposibilidad de presentarlo en directo. Mi mánager y mi editor me dijeron que esperara, pero fui incapaz. He publicado un tema en Spotify (El hombre que salía demasiado) y Redencion en redes sociales como adelanto del disco, para tantear, y está teniendo buena acogida. Próximamente se publicará un video de una nueva canción (Beatriz) mientras se masteriza el disco, que saldrá en febrero.
¿Cómo vas a presentarlo en directo?
Estoy trabajando con gente muy interesante. La decisión no es inmediata. Ya
veremos…
Háblanos de tu niña bonita del nuevo disco. Esa canción que, tal vez no esté destinada a ser la más popular, pero de la que estás más orgulloso.
Hay varias, Piel de estrellas, La cueva del lobo azul y Beatriz. Dedicadas a mi actual pareja, y a mi hija.
Con perdón. En Nos vimos en los bares, te describí de un modo con el que no sé si te identificas: “Javier Andreu es un tipo espigado, de voz cavernosa, a ratos aterciopelada, y siempre inconfundible, y que sobre el escenario canta al mismo tiempo con la voz y con los ojos; vivísimos ojos. Corren por su sangre las melodías de un banjo en los días de decadencia del Far West y en sus andares hay incluso un ademán parecido a ese, entre cansado y dubitativo, que tanto caracterizó a John Wayne. Javier Andreu es un vaquero sin caballo en el escenario pero con guitarra, cuando no con banjo”. La estética del Viejo Oeste y los sonidos fronterizos, parecen proscritos. ¿Cómo crees que ha envejecido esta corriente?
Precisamente porque está proscrito tenemos tantos seguidores. Lo que ponen por las radios comerciales no hace otra cosa que beneficiarnos. Iniciamos un camino que no había explorado nadie en castellano y por eso ganamos el Villa de Madrid. La gente tiene ganas de volver a lo auténtico y eso nos revaloriza. La gente con buen gusto es la que viene a nuestros conciertos.
La Frontera es muchas cosas, pero también es tu
voz, la voz de Javier Andreu, reconocible al segundo desde hace décadas. ¿Cómo
ha evolucionado tu manera de cantar? ¿Sientes que cantas de la misma manera que
hace décadas cuando tienes que interpretar temas de los primeros discos?
En absoluto. Como he dicho antes
no me reconozco cuando escucho mis primeros discos. Creo que he crecido en voz
y actitud, y eso me hace seguir trabajando. La cuestión es reinventarse y
evolucionar. Eso me hace sentir bien y en buena forma.
Vamos a comprometerte un poco. ¿Cuál es la mejor voz del rock español?
Santiago Auserón.
En el nuevo disco esperamos encontrar una vez más referencias o
influencias literarias. ¿Qué importancia tiene la literatura en tu formación
intelectual, sentimental, como artista?
Intento leer todo lo que cae en mis manos. Sigo leyendo mucho y más ahora,
con la que está cayendo. Son muchos los autores que me han influido y que me
siguen dando ideas en el presente. Sólo unos pocos, pero Buckowski, Borges,
Cortázar, Poe, Lovecraft, Ray Bradbury y Herman Hesse han influido mucho en mis
letras. Últimamente he descubierto joyas de la literatura escandinava como Knut
Hamsun y August Strindberg, muy recomendables.
Como artista, ¿cómo has vivido en confinamiento y una temporada tan larga sin grandes actuaciones y giras?
La verdad es que he estado muy ocupado. He estado dando los últimos retoques a las mezclas de mi nuevo disco, y diseñando con Pablo Toperita la portada y el arte final. Cuando se ha podido, he estado filmando por las calles de Malasaña un video con Juan Fajardo, de la canción Beatriz, que canto con Manuel España (La Guardia). Ahora estoy inmerso en un documental sobre mis andanzas, que me lo está haciendo Juan Moya (Mi vida entre las hormigas). Un proyecto en el que estoy muy ilusionado y que verá la luz cuando se publique el disco en primavera.
¿Eres optimista de cara al futuro? ¿Pasará todo
esto?
Siempre soy optimista y más con
todo el trabajo que he realizado durante el confinamiento. Tengo ya una gira
confirmada con Econatour (El último
aplauso), fechas con el festival Rock
and roll star, y con La Frontera van saliendo cosas también. Además, tendré
una gira de presentación de mi nuevo disco.
¿Entonces, saldréis de gira en cuanto se puedan celebrar conciertos con público abundante?
Si, hay fechas confirmadas en pabellones y teatros. Por ejemplo, el 26 de marzo en el Wizink Cnter. ¿Os venís?
¡Sin ninguna duda! Toda la suerte del mundo con el nuevo disco. Lo contaremos en directo.