Víctor Lenore
Víctor Lenore es un cronista cultural que ahora trabaja para el diario Vozpopuli y que ha escrito un libro que tiene cara de éxito. Su título es «Espectros de la movida» (Akal, 2018) y en él habla del compromiso hedonista, burgués y continuista (en cuanto a franquista) de la escena cultural de los años 80. Pero no nos detendremos en este libro. Seguro que volveremos sobre él. Sí es parte de este ejercicio compositivo hablar del triunfo de un periodista que tiene cuatro características esenciales : a) toma distancia de sí mismo y es capaz de hacer autocrítica ; b) es provocador y directo ; c) escribe con mucha electricidad ; d) sabe mucho y está bien informado. Partiendo de estas características podemos dibujar un Víctor Lenore que ha acuñado artículos en diarios como El País, Público, La Razón y más recientemente en el Confidencial y en Vozpopuli. Precisamente en El confidencial con Alberto Olmos, Juan soto Ivars y Carlos Prieto construían uno de los edificios culturales más dinámicos y enloquecidos de la prensa española. Y tiene mucho mérito puesto que la información cultural siempre ha sido relegada a favor de lo político y lo ideológico y siempre se ha visto como la hermana “subalterna” de la actualidad. La intención es utilizar la cultura al antojo del poder o del contrapoder y manosearla para labores de argumentario. De esta práctica no está exenta la música popular, que siempre ha sido arracimada como un género de suplemento o como un pintalabios para embellecer caras acartonadas. Pese a todo, los grandes diarios nacionales siguen teniendo grandes periodistas musicales, como Diego Manrique (El País), Pablo Gil (el Mundo), Jordi Bianciotto y Nando Cruz (El Periódico), además de toda una serie de suplementos donde se apostilla alguna hoja musical. Y siempre tenemos presentes a los nuevos y viejos, Fernando Martín, Jesús Ordovás, José Ramón Pardo, Rafa Cervera, Xavier Valiño, Patricia Godes, Jesús Rodríguez Lenin, Carlos Pérez de Ziriza, Itxu Díaz, Fernando Fernández Rego o en su momento Silvia Grijalba o Maurilio de Migue entre otros. Todos cronistas, críticos, escritores, artistas, que han dejado sus letras para ir recauchutando entre todos lo que destruye día a día la información política.
Pero Víctor Lenore también anidó en la prensa musical española. Rock de Lux y Espiral fueron algunas de sus aventuras. Ahí se convirtió en un periodista importante. El mundo de la prensa musical española especializada siempre ha sido un refugio de grandes eruditos y especialistas y un reducto de cambios, traiciones, amistades y, sobre todo, de gran riqueza intelectual y supervivencia empresarial. Ignacio Juliá, Santi Carrillo, Juan Puchades, Arancha Moreno y otros tantos periodistas de Mondosonoro y otras webs musicales, son una muestra de la vitalidad de nuestra prensa musical. Lenore renegó en cierta medida de sus años en esa prensa especializada. “He sido crítico musical hipster durante veinte años. Mi impresión es que el principal criterio que manejaba era la inercia de repetir como un loro lo que decían las revistas culturales anglosajonas. Por supuesto, de todo lo que escribí en esa época salvaría muy pocas páginas. Eso me ha enseñado a desconfiar de mi gusto, de mi criterio y de mi presunta exquisitez”, señalaba Lenore en una entrevista a eldiario.es el 15 de octubre de 2014. Esas palabras muestran un Lenore autoconsciente, autocrítico y honesto consigo mismo. Porque Víctor Lenore es un provocador, es uno de esos periodistas que ha ascendido a intelectual y que nos muestra con viveza, con rapidez, con capacidad y con gran inteligencia e información, tendencias, reflexiones, ideas, nuevos movimientos y opiniones sin preservativo. Por eso hay que valorar la firmeza de este escritor. Recuerda mucho a aquellos artículos que escribía Vicente Verdú donde nos ponía al tanto de bibliografías extranjeras, o a aquellas columnas profundas y razonadas de Álvaro Delgado Gal.
Lenore piensa que la cultura ayuda a resolver nuestros problemas, que la cultura no tiene que pertenecer únicamente a las élites, que ve la televisión, y que reniega de algo de su propio yo en el pasado. Lenore es vital, es contradictorio, es complejo, poliédrico y no se puede estar siempre en acuerdo con él. Lenore coincide con otros pensadores brillantes del momento como Alberto Santamaría o César Rendueles en la relación entre presente, arte y liberalismo. Y es más, Lenore recuerda a aquella frase de Lacan: “la verdad es el error que escapa del engaño y se alcanza a partir de un malentendido”.