El rockero culminó con dos llenos consecutivos en Barcelona su gira de despedida. El 23 de diciembre de 2018 ha pasado a la historia como el adiós de uno de los mayores emblemas del rock español, tras 45 años de andadura musical.

Tras la emoción y las fechas navideñas, el artista ha reaparecido en su Facebook en la tarde del domingo 30 de diciembre para despedirse de todo su público: «Pasadlo bien. Gracias por todo. Os voy a echar mucho de menos. ¡Se os quiere!».

Instantes después de la publicación, cientos de seguidores de Rosendo le agradecían su música, su dedicación y su trayectoria, mientras que otros suplicaban que su retirada fuera solo un alto en el camino. Según anunció a mediados del presente año, dejaba los escenarios por el cansancio acumulado y la edad. «Nos hacemos mayores», gritó al público en su concierto de despedida en Madrid.

Con la sencillez e integridad que le caracterizan, el inolvidable padre de canciones como Agradecido, Flojos de pantalón o Masculino singular, se marcha de la primera línea del rock español sin extenderse en las declaraciones, con agradecimiento, y anunciando que buscará la calma lejos de la gran ciudad, empezando una vida nueva con su mujer en un pueblo a dos horas de Madrid.

Su música, en cambio, no descansará, convertida ya en un icono del rock español de varias generaciones. En el último concierto de su gira de despedida, Rosendo cerró su actuación con Qué desilusión, canción de Leño de elección nada casual. Se abre con «Sé que no estoy en mi juicio / y que me falta inspiración / Todo me saca de quicio / ¡Qué desilusión!», y termina con el verso de su estribillo: «Es solo una canción». Esas fueron por tanto las últimas palabras de Rosendo en su despedida de los escenarios.