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Popes80 | 21 noviembre, 2024

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José María Granados: «Cuando desaparece gente de mi generación me dan más ganas de seguir» (II)

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¿De dónde vino el nombre de Mamá?
Nosotros nos llamábamos Doctor Farmacia y sus helados de coco. El primer concierto de Mamá fue en la sala El Sol y Mario Armero, que nos llevaba a Nacha Pop y a nosotros, como patrocinadores, nos dijo que no nos convenía ese nombre. Había allí unas revistas que se llamaban Pre-mamá y alguien sugirió que nos llamáramos Mamá y así se quedó. Tampoco pensamos que esto fuera a tener la más mínima repercusión.

¿Cuándo te subes ahora a ese escenario, al de la sala El Sol, ¿qué recuerdas de aquella vez?
En aquel primer concierto nos criticaron muchísimo porque no llevábamos muy buena imagen. Entonces la imagen era muy importante y la gente que iba a esa sala era un hervidero de colorines almodovarianos. Nosotros íbamos normales, pero la gente allí iba muy vestida, muy moderna. Pero vamos, eran “cien pollos”, tampoco había mucha gente. Ahora cuando me subo me lo paso mucho mejor. Si no me lo pasara bien no lo haría. Los conciertos son como faenas en los toros, vas a por todas.

¿Cómo surgieron tus grupos posteriores, como Los Frenillos?
Después de Mamá tuve un grupo muy siniestro, Los Restos, un grupo fantástico donde estaba Fernando Illán, que luego fue productor de Rosario. Hace un par de años volvimos a tocar juntos, pero sólo sacamos dos singles. Con Los Restos me cansé de la mala suerte, porque no se parecía nada a Mamá y nos dieron palos por todos lados, y saqué un grupo más comercial, Los Frenillos: eran unos tiempos más alegres de los 80, ahí nos lo pasábamos bien. Yo era el vocalista, salvo en algunos temas, como La primavera, que cantaba Jorge o La estrella de la ola, que la cantaba Jesús Pacheco. También estaba Nono, uno de los primeros guitarristas de Mamá, y venía con nosotros Rodrigo García, el de Canovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán.

Influencia de las letras de Antonio Vega

En una entrevista que te hizo El País, dijiste que Mamá en sus inicios no escribía buenas letras, porque no sabías escribir. ¿Piensas lo mismo?
El otro día decía, en un homenaje que le hicimos a Antonio Vega en la Feria del libro, que a mí me sorprendía mucho escuchar sus letras la primera vez. Él sí tenía un bagaje, escribía muy bien. Las letras que yo escribía no estaban bien acentuadas, yo escribía las canciones en guachi-guachi, que se dice; cogía la guitarra y cantaba, luego metía la letra como podía. Ahora no lo hago así, compongo la letra y la música más o menos a la vez.

De hecho, dices que Antonio fue la persona que más te influyó a la hora de cuidar los textos de tus canciones.
Sí. Cuando salimos nosotros no había mucha tradición de hacer canciones pop con esa intensidad que ya hacía Antonio desde el principio. En Chica de ayer dice “Las calles mojadas te han visto crecer”; no es una frase al uso de lo que se podía decir entonces en una canción de amor. Muchas otras también: en el segundo disco empieza a hablar de la física, que le encantaba, con los voltios que iluminan tu corazón en Alta tensión, o entra un rayo por el tragaluz, la tormenta… O cuando hace Una décima de segundo. Yo lo encuentro bastante difícil. Él sabía escribir, y escribía con el corazón. Sus canciones llegaban mucho.

¿Cómo surgió Qué tal, aquel tema que grabasteis juntos?
La canción ya estaba hecha, como todo el mundo le pedía baladas yo le pedí que cantara un rock and roll. Antonio hacía lo que le dijeras, se aprendió la letra en el coche y en quince minutos, hubiera preferido que hubiera cantado él todo el tema, la cantaba infinitamente mejor, pero qué se le iba a hacer, era mi disco…

Se ha unido muchas veces los nombres de Enrique Urquijo y Antonio Vega como grandes letristas de nuestro pop. ¿Qué crees que les diferenciaba a la hora de sentir la música y expresarla?
Enrique era muy emocional, muy emotivo, y Antonio tenía un mundo interior tan profundo… A Enrique yo le veía venir más, si le enseñaba una canción sabía si le iba a gustar; a Antonio creo que no me he atrevido a enseñarle alguna canción alguna vez. Eran dos personas distintas, dos personas cariñosas, vitalistas, pero con dos formas de componer distintas. A mí me han influido los dos, pero yo al principio me parecía más a Enrique, hacíamos las cosas de una manera más parecida.

Dicen que Antonio, Enrique y tú sois la “santísima trinidad”, eres el tercero que sale a la palestra cuando se habla de ellos…
¡Pues toco madera! Yo creo que es por nuestros comienzos. Cuando empezamos, los tres grupos éramos los que llevábamos un poco las riendas de aquel “pop baboso”, en el Teatro Martín una semana tocaba uno, otra el otro… Entonces se hacía algo más rock urbano, había muchos cantautores, canciones políticas… Se había perdido una tradición pop.

En POPES80.com hemos iniciado una campaña para reivindicar que Madrid dedique una calle a Enrique Urquijo. ¿Qué te parece este tipo de iniciativas?
No soy muy de homenajes, pero cualquier reconocimiento a mi amigo Enrique es estupendo. Sí creo que se mediatizó mucho el fallecimiento de Antonio, pero el de Enrique por una serie de circunstancias no tuvo esa repercusión. En una época determinada los medios venden la historia de una manera. No pienso que Chica de ayer, como dicen ahora, fuese una canción que marcó a tanta gente, porque es mentira. Con el paso del tiempo quizá sí, porque la escucharon veinte años más tarde probablemente. Luego se mediatiza todo, es normal. Ahora se saca la canción por todos sitios, y como la gente la ha oído tantas veces pues al final se creen que puede ser la canción de su vida. Si a Antonio le han puesto una plaza, a Enrique una calle. Pero me hubiera gustado más que se les hubiera reconocido en vida que es cuando se tiene que apoyar a los artistas que llevan muchísimo tiempo, como ocurre en otros países. Los Secretos llevan una trayectoria que han marcado un montón de generaciones. Si es cierto, reconócelo. Y con Antonio igual, estaba tocando en Clamores, pero ese gran reconocimiento que todo el mundo le ha dado luego no sé si lo tenía.

En esta vuelta a los escenarios, ¿con qué idea retomáis el grupo ahora?
Lo que vamos a hacer con Mamá en los conciertos es recuperar el espíritu que tenía el grupo al principio: una descarga de adrenalina y sudar la camiseta. Si esto fuera un regreso con cuatro músicos de sesión, cuerdas, metales y todo programado, yo no lo habría hecho. Que nos encontremos cantando temas como Hora punta en el metro o Chicas de colegio… Son muchos recuerdos, emociones. Con el paso del tiempo hay muchas cosas que te unen, recuerdos de gente que ya no está, como Manolo o Enrique, muchas cosas que hemos vivido juntos. También tuvimos la suerte de que no fuimos un grupo que se quemase, éramos así. Nosotros en la gira del segundo disco ya no tocábamos ninguna de las canciones conocidas del primer disco, la gente se extrañaba y se cabreaba. Ahora ya lo he aprendido: cuando estás en un escenario hay que hacer las canciones que la gente quiere oír, pero cuando uno es muy joven pasa de todo, y fue eso lo que nos ocurrió: pasamos de todo y pasaron de nosotros.

¿Ahora eres más reflexivo, piensas más las cosas?
No, no me las pienso mucho. Me ha costado trabajo; siempre me ha gustado trabajar con bandas distintas, he trabajado con gente como La banda del otro lado o Buenas vibraciones, con Glutamato Ye-Ye, con Patacho, con Iñaki, con Frenillos… No tenía clara la estructura de trabajo que tenía con Mamá, hacía canciones muy sencillas de forma rápida. Cuando compuse Nada más cogí la guitarra y la hice en un minuto. Antes pensaba que la canción que no estaba en un minuto no valía la pena. Y no es así. Cuando hice mi primer disco en solitario, las hacía con una guitarra y luego ya se arreglaba. Si ahora he vuelto a rescatar Mamá es porque me he cansado de estar solo, hago el mismo tipo de canción pero quiero hacerlo con otra gente.

Ya has publicado cuatro discos de estudio, ¿estás trabajando en el quinto?
Ahora no, empecé a componer pero me estaba poniendo muy serio, eso de las carreras en solitario es un poco tremendo. Desde 2002 he hecho cuatro discos y un recopilatorio con algún tema nuevo, que vienen a ser unas cincuenta canciones. Estar yo solo hablando de mí mismo y de mi mundo interior durante cincuenta canciones me cansa. Como me puse a componer para el quinto y las canciones me salían a Mamá decidí retomar el grupo.

Después del concierto de este jueves 16 en Premier Terraza, en Madrid, ¿qué vendrá?
Ahora voy a estar con Mamá a tope, vamos a hacer cosas este verano y a ver como rueda hasta invierno. Los trabajos llevan un tiempo hacerlos, luego ya empiezas a pasarlo bien.

Te he leído en alguna entrevista y he descubierto muchos dardos… ¿Te gusta ironizar?
Sí, así me ha ido, soy muy poco cívico. En una entrevista que me hicieron en los famosos tiempos del Rockola, no sé en qué emisora, me preguntaron por un montón de grupos de la época, y yo debía ir tan borracho que no me daba cuenta, y les puse a caldo a todos, con palabras cítricas. Esa noche cuando llegué al Rockola la gente me quería matar. Son cosas que me pasaban antes, ahora ya no.

*Escuche la entrevista completa en el siguiente enlace: http://www.clubvidabuena.es/cvbradio/fonoteca/cvb20090616_1.mp3.

Puedes acceder a la primera parte de la entrevista en este enlace.