Jaime Urrutia y Loquillo, dos leyendas del rock n roll patrio en solitario, pero más vivos que nunca
Son auténticas leyendas del rocknroll patrio. Músicos de largo recorrido que han cimentado su éxito en el trabajo bien hecho. Ambos defienden sus canciones en solitario, uno, tras la disolución de Gabinete Caligari, y otro, ya sin Los Trogloditas. Jaime Urrutia presentaba, el pasado 13 de octubre en el auditorio municipal de Jaén, EnJoy, el primer disco en directo de su carrera, en tanto que Loquillo cerraba la gira de Hermanos de sangre, otro directo, el último, al menos de momento, con Los Trogloditas. Dos ejemplos a seguir para las nuevas generaciones de músicos de este país.
Abrió el fuego Urrutia, que se presentó como estaba previsto en el guión, bajo los acordes del pasodoble Gallito, que se fundió con ese gran tema de Gabinete, Delirios de grandeza, que pasara desapercibido en su día. Sin tiempo para respirar, otra de las grandes canciones del grupo madrileño (Tócala Uli), que precedió a uno de los temas más emblemáticos de su carrera en solitario, ¿Dónde estás?, en el que el ex Gabinete, al que se le veía muy a gusto en el escenario, se mostró jovial. Ahora, Bunbury, bromeó, en alusión a la parte del tema que el maño interpretaba en la edición especial de Patente de corso.
El público estaba completamente entregado, no en vano, según comentó el propio Urrutia, no tocaba en la capital jiennense desde que lo hiciera con Gabinete allá por los primeros años de la década de los noventa. De manera que estaba ávido de escuchar esos temas que encumbraron a Gabinete, amén de los nuevos. Y él, con sus fieles Corsarios, no les defraudó: Cuatro rosas y El calor del amor en un bar fueron de los más coreados. Pero también La sangre de tu tristeza, Suite nupcial o Camino Soria. Tampoco faltaron las archiconocidas Qué barbaridad o Maribel. Interpretó, eso sí, un tema que se quedó finalmente fuera del disco en directo, esa pequeña joya que es Castillos en el aire. Y excusó la ausencia de Loquillo al tocar Caray, momento en el que todos echaron en falta ese estupendo dúo que suelen hacer con este clásico de Gabinete.
Ante la insistencia del público, ofreció dos guindas a una actuación memorable, Nadie me va a añorar y La culpa fue del cha-cha-cha, que dejaron un magnífico sabor de boca a los presentes, que, insaciables, pedían más. Tranquilos que la noche es larga y ahora viene el Loco, alegó Urrutia en su adiós.
Acto seguido, tras las pertinentes pruebas de sonido, hacía su aparición Loquillo, bajo los acordes de Rocknroll actitud, tema de una contundencia arrolladora que proseguiría con ese clásico del gran Sabino Méndez que es Pégate a mí. Alternó el rockero del Clot sus éxitos más recientes con otros de su época dorada. Así, temas de sus últimos discos, como Veteranos, Feo, fuerte y formal, Quiero acariciar el rocknroll o Las chicas del Roxy se daban la mano con otros que marcaron una época: Rock suave, Todo el mundo ama a Isabel, El ritmo del garaje o El rompeolas.
Si bien es cierto que buena parte del público que abarrotó el auditorio jiennense, conocía sus temas nuevos, no lo es menos que vibró hasta el paroxismo con los clásicos. Como en el caso de su buen amigo Jaime Urrutia, a Loquillo se le veía muy a gusto. De hecho, bajó en varias ocasiones hasta la zona de seguridad que separa a los seguidores de las primeras filas del escenario para saludarlos. Detalles que los fan agradecieron con una entrega absoluta. La recompensa no se hizo esperar, un extensísimo bis que inició, emocionado, con Antes de la lluvia y concluyó con una gran traca final: Rocknroll star, Autopista (con el celebrado solo de Stinus como introducción) y Cadillac solitario.
Dos imágenes del concierto: