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MINUIT POLONIA |
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Pablo Martínez Vaquero Tras la explosión de la
movida madrileña, durante los momentos más álgidos de un momento de
agitación musical que tambaleó al estado español, comenzaron a aparecer
bandas que rechazaban los parámetros clásicos del rock y que, en algunos
casos, se emplearon a fondo en la práctica de nuevas e innovadoras
experiencias musicales, más próximas al ruido que a la melodía. Tras el
camino trazado por el vanguardismo pionero de Esplendor Geométrico (temprana
escisión de El Aviadror Dro y sus Obreros Especializados) fueron
surgiendo tímidamente otras bandas: los andaluces Neo Zelanda
(luego Diseño Corbusier), los riojanos Vertical Dadá, los
ovetenses Zang Tumb Tumb y grupos como los madrileños 429 Engaños
o Minuit Polonia, éstos últimos, una formación que se
adelantaría a otras en el logro de ver plastificados sus temas musicales. El debú de Minuit Polonia
se produjo en 1983 a través de un single de tres cortes publicado
por DRO y que contenía los temas “Ibiza bajo cero”, “Radio
Rockola” e “Intro” . Aquel arrogante ejercicio de ruido-rock
no convenció a casi nadie, granjeándose duras críticas en la prensa
musical, que tildaba al grupo de pura ‘posé’, aunque el single se
vendió bien al estar incluido en el febril paquete de nuevos grupos
independientes estatales que ya se veían distribuidos por todo el país
gracias a Pancoca u otras ‘empresas’ herederas de su labor
canalizadora de los nuevos grupos. El grupo definía su música como psico-tecno,
“para que bailen las neuronas”, apuntaba a la prensa musical en
1983 el pintor Luis Vida, vocalista e ideólogo de la banda. Sin duda, Minuit Polonia
fue un grupo pretencioso empezando por su nombre, una conjunción de un
extranjerismo grandilocuente (al que se le podían atisbar tintes
‘cultos’) y el nombre de una tierra con un fuerte contenido trágico-histórico,
quizás elegido por la banda debido a una moda imperante en aquellos
momentos y que se orientaba hacia la reivindicación conglomerada de
elementos propios de la guerra fría, el paso del nazismo y los
imaginarios soviéticos y japoneses. Y es que palabras como Berlín,
Varsovia o, mismamente, Polonia fueron pasto del rock
europeo de 1983. Su música era premeditadamente desquiciada, plena
de sonidos sintéticos y poseedora de un cierto humor ácido que le
alejaba de la ‘seriedad militante’ de otras bandas que compartían sus
mismos parámetros y la devoción por formaciones como Cabaret Voltaire
o The Residents. El atrevimiento de Minuit
Polonia parecía no tener límites. Cuando el público apenas había
tenido tiempo de digerir su primera entrega, también en 1983,
editaban un segundo trabajo, ‘Ibiza Underground’ (sobre un tema
original del poeta Xaime Noguerol), un maxi-single que ahondaba en
lo ya publicado y que incluía una irreconocible versión del ‘Mercedes
Benz’ de Janis Joplin. Un año después, DRO le
editaba ya su primer álbum (un mini-elepe) titulado ‘Defectos
Especiales’, un trabajo aún más enrevesado y de difícil escucha
que los anteriores y que contó incluso con un single de apoyo: ‘Reagan
Roll’/ ‘Lust for life’. Dos años más tarde, en 1986,
sus maquetas sedujeron a toda una multinacional, CBS, que delegó
en Twins la publicación de todo un LP, ‘Música para
Camaleones’, trabajo que incluía seis largos cortes entre los que
destacaban ‘Madrid 6:16’, ‘Truman Capote’ y una
adaptación a su terreno del clásico ‘Caroline Says’ de Lou
Reed. Tras este vinilo el grupo no volvió a grabar, aunque
recientemente algunos de sus temas comienzan a verse incluidos en recopilatorios
de canciones del pop hispano de la década delos ochenta. Entre los miembros de Minuit Polonia figuraban: Luis Vida (voz y líder de la banda), José Luis González (sintetizador), Félix Vázquez (bajo), Juan Ramón Alonso (guitarra) Publicamos tu OPINIÓN: Opina sobre este grupo en opinion@popes80.com |