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Pablo Martínez Vaquero En los albores de los años 80, al igual que en muchas provincias españolas la nueva ola comenzó a hacer acto de presencia en Vizcaya, y de este modo comenzaron a surgir nuevas bandas bilbaínas de pop como Lavabos Iturriaga, Rufus o Los Santos; grupos muy distintos entre sí, pero que compartían idéntica curiosidad por las nuevas bandas británicas de la new wave surgida a raíz de la explosión punk y la agitación musical que por entonces ya invadía Madrid. De hecho el nombre de Los Santos, de sabor a teleserie como pocos también parecía recordar a The Saints, una banda australiana perteneciente a la punk explosion del 77 que se vio muy ligada a la posterior new wave británica. Así, Los Santos comenzó a agruparse en Bilbao (Vizcaya) hacia 1980 alrededor de un núcleo inicial integrado por ‘Biliyo’, apodo del vocalista José Ignacio Dermit Campos, junto a José Antonio López Iturriaga (guitarra) y Alberto Arzua Arrugaeta (bajo). El grupo surgía con la intención de desatar las inquietudes musicales del trío fundador, que iban desde la pasión exacerbada por bandas pop de la década de los años 60 -como los míticos The Kinks- hasta los continuadores de sus formas en la nueva década, encarnadas sobretodo por artistas como Nick Lowe o Elvis Costello. Incluso el físico del vocalista del grupo bilbaíno, con sus gafas al más puro estilo Buddy Holly, se asemejaba al del miope británico. Así, con la ayuda de un batería más o menos estable y tras registrar unas primeras maquetas en las que ya dejaban patente su maestría y facilidad para hacer grandes canciones de pop, Los Santos viaja a Madrid en 1982 para registrar en los estudios Kirios dos temas que se verán plasmados ese mismo año en un single editado por Discos Suicidas, el novísimo sello independiente bilbaíno fundado por Oskar Amezaga, por entonces líder del grupo Lavabos Iturriaga. El disco de debut de Los Santos se abría con ‘La modelo’, una simpática muestra de pop en estado puro que contrastaba enormemente con los habituales ejercicios de punk rabioso que ya tanto abundaban por entonces en las márgenes del Nervión. La segunda cara, con el tema ‘Tu, Tu, Tu’ ofrecía otra buena muestra del ingenio y del humor del grupo, rematando un trabajo realmente brillante que quizás se vio algo mermado por la ausencia de la figura del productor durante la grabación. Con todo, el single fue bastante bien acogido por la crítica especializada y ‘La Modelo’ fue emitida con cierta frecuencia desde emisoras como Radio 3. Pero, pese a sus evidentes virtudes musicales Los Santos no llego a calar nunca en los ambientes más cool de la nueva ola, quizás por algún tipo de incomprensión hacia su latente vena humorística o por la evidente despreocupación que el grupo tenía por su imagen, algo que ya se podía apreciar perfectamente en la carpeta de su primer disco. De cualquier forma, Los Santos se erigía ya entre 1982 y 1983 como punta de lanza del emergente pop bilbaíno, cuyo panorama comenzaba a consolidase con la aparición de Los Impecables o Cómo Huele, entre otras nuevas formaciones; y precisamente con Los Impecables (estupendo grupo de Portugalete de vigoroso pop, formado por ex componentes de los míticos Yunque) Los Santos compartiría su próxima grabación; un single que vería plasmada en una de sus dos caras A (ninguno de los lados de vinilo se relegaba a segunda cara) uno de los mejores temas del grupo: ‘Historias de chicas’. Aquel peculiar sencillo fue registrado en 1983 en los estudios Pan-Pot de Bilbao y sería editado por el sello Ganga aquel mismo año. En 1984, tras actuar con frecuencia por el País Vasco y recabar por dos días en la mítica sala Rock-Ola de Madrid el grupo atraviesa una temporada de cierto letargo, acrecentada por el retraso de la aparición de lo que tiene que ser su primer elepé para Discos Suicidas. Por aquellos días la banda se reestructura en la búsqueda de una formación estable y así, el trío fundador recibe la incorporación del batería Fernando Beti y de Juan, ex componente de los grupos Yunque y Los Impecables que se establece como bajista del ahora quinteto. Por fin, a finales de 1985, un master grabado en los estudios Pan-Pot de Bilbao es comprado por el sello Fonomusic, entidad que acabará editando el trabajo algunos meses después. En el único álbum que Los Santos llegó a registrar (‘Los Santos’, Fonomusic, 1986) se reunieron 10 temas cargado de textos jocosos o sarcásticos que rara vez se alejaban del buen gusto -caso de ‘Subvención’- y que reflejaban perfectamente la madurez de una banda que seguía siendo una rara avis en su tierra, ya invadida literalmente por el rock y el punk cantado en euskera. Para acabar de rematar un excelente trabajo de palpitar pop, en los créditos del álbum no faltaba un recuerdo para algunos de los grupos españoles que junto a ellos habían compartido fatigas en el ánimo de evocar el mismo género con más incomprensión que gloria: Los Cardiacos de León, Los Auténticos de Castellón y Los Impecables de Portugalete. Toda una muestra de clase por parte del grupo bilbaíno, que desanimado ante la nimia repercusión de su último trabajo, acabó por disolverse en 1986. Una década más tarde, a finales de los años 90, ‘Biliyo’ y Alberto resucitaron al grupo registrando una maqueta en formato CD y realizando alguna aparición en directo en su ciudad. Publicamos tu OPINIÓN: Opina sobre este grupo en opinion@popes80.com |